Las «diferencias idiomáticas» pueden impedir el acceso efectivo de los inmigrantes a la atención sanitaria

Diario de Navarra, 31-05-2006

Por ejemplo, «fatiga» significa en algunos países de Latinoamérica «hambre», mientras que en Navarra es «cansancio»

Sin embargo, pese a este reconocimiento «legal», el colectivo de inmigrantes «encuentra serias dificultades reales» para acceder «de modo efectivo» a la atención sanitaria, expuso ayer el portavoz de la institución de la Defensora del Pueblo, Luis Gabilondo, quien pronunció el discurso planteado por Mª Jesús Aranda, que excusó su asistencia.

«En determinados colectivos existen importantes barreras psicológicas y culturales para acceder al sistema sanitario en condiciones de igualdad efectiva», señaló Gabilondo. Por ejemplo, algunas personas de países centroafricanos prefieren acceder a los servicios de «curanderos» o a ritos tradicionales, antes que acudir al médico de cabecera.

Al otro lado de la mesa de la consulta, el médico de cabecera también tiene que esforzarse por mantener una «actitud más empática», para adaptarse a los patrones culturales o prioridades del paciente inmigrante.

Asimismo, «existe una barrera idiomática», incluso para las personas procedentes de Latinoamérica, que «tienen el mismo idioma, pero con las mismas palabras expresan muchas veces cosas muy diferentes».

Por ejemplo, el término «fatiga», se utiliza en ocasiones en Navarra para hacer referencia al «cansancio», pero también a la «falta de respiración», sin embargo, en algunos países de Latinoamérica significa «hambre».

En el encuentro sobre Mujer inmigrante y salud, se propuso, en ese sentido, la creación de la figura de los mediadores culturales, en centros de la Administración, y la necesidad de una «actitud flexible» por parte de los profesionales sanitarios.

«La sociedad de acogida debe ponerse en la piel del otro, en actitud de comprender y captar sus demandas», indicó Luis Gabilondo. «Es lo que ofrece el modelo de comunicación del counselling, pasar de un modelo impositivo a uno asertivo, para salvar la diferencia cultural».

Principales preocupaciones

Al Defensor del Pueblo «le preocupan situaciones como las que viven mujeres inmigrantes que han accedido a nuestro país vía reagrupamiento familiar y que ni tan siquiera tienen acceso a un puesto de trabajo, no conocen el idioma y se ven doblemente aisladas y recluidas al seno de su hogar», afirmó Gabilondo.

«Preocupa también la situación de las mujeres solas que tratan de traer a sus hijos, y que se enfrenta a constantes denegaciones de visados, incluso cuando ya se ha resuelto sus papeles en España», indicó.

Asimismo, la Defensora del Pueblo sabe que «por lo general, la mujer inmigrante que trabaja ocupa los empleos más precarios», en oficios como empleo doméstico, trabajo agrario, hostelería… «Estos sectores son precisamente los menos regulados y donde los derechos están menos definidos y protegidos por lo que no es infrecuente que se produzcan abusos, como sueldos de miseria, jornadas interminables, sin respeto del descaso semanal, etc, que por lo general no son denunciados por temor».

Otro dato particularmente sangrante es que el 90% de las prostitutas que ejercen en Navarra son inmigrantes. En ese sentido, Enrriqueta Chicano, presidenta federal de Mujeres Progresistas, indicó que «la extremada vulnerabilidad de la mujer inmigrante hace que caiga en manos de redes, que practican la exclavitud y el tráfico de personas».

Propuestas

El portavoz del Defensor del Pueblo recomendó ayer, entre otras cosas, «desarrollar foros de participación que permitan dar la voz a los propios inmigrantes para la mejor defensa de sus necesidades», así como «coordinar las iniciativas entre las distintas administraciones y las asociaciones de inmigrantes y ONGs», o «un mejor control y regulación de las relaciones laborales en el sector agrario o en el de las empleadas del hogar para lograr un trato igualitario y una mejora en la calidad del empleo».




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