Erdogan amenaza a la UE con permitir a los 3,6 millones de refugiados sirios entrar en Europa

Este conflicto entre Turquía y las milicias kurdosirias, según las autoridades de ambos lados, ha causado la muerte de 11 civiles: cinco en Turquía y seis en Siria

El Periodico, , 10-10-2019

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado a la Unión Europea con “abrir las puertas” para que los refugiados sirios en territorio turco entren en el europeo. “Eeeeei, Unión Europea. ¡Aclaraos! Mirad, os lo diré de nuevo: si catalogáis esta operación como ocupación, abriremos nuestras puertas y os mandaremos a los 3,6 millones de refugiados sirios que ahora hospedamos”, ha dicho el mandatario. Mientras, la ofensiva aérea y terrestre de las tropas de Ankara continua en el noreste de Siria.

Ahmet  – no es su nombre real –  no ha pegado ojo en toda la noche porque los sonidos del aire, los silbidos de las bombas cayendo desde su lado al otro, allí no tan lejos, por encima de su cabeza, no le han dejado.

Lo recuerda aún nervioso: “Ha sido brutal. Han caído decenas sobre Qamishlo. No he visto nada, pero las oía todas. Muchísimas. Caían sin parar. Este jueves por la mañana la situación era tranquila. Pero por la tarde han caído más. He escuchado 10 al mediodía. Más por la tarde. No paran”, explica Ahmet, kurdo de Turquía y que vive en la ciudad de Nusaybin. Nusaybin y Qamishlo – la capital de los kurdos de Siria – están separadas por apenas 500 metros y el muro de la frontera.

No es un caso aislado: toda la frontera entre Siria y Turquía está repleta de ciudades hermanas que, ambas, eran la misma cuando la región era parte interior del Imperio Otomano. Ahora, ambos lados se bombardean mutuamente en una ofensiva militar turca empezada este pasado miércoles por la tarde. Ankara considera a las YPG – las milicias kurdosirias que controlan el noreste de Siria – como terroristas por su vinculación con el PKK.

No solo hay bombardeos. Esta pasada noche, soldados turcos cruzaron la frontera en dos puntos del norte de Siria: las ciudades de Tel Abiad y Ras Al Ain. En la actualidad, Turquía ya controla algunos pueblos cerca de estas dos localidades, pobladas mayormente no por kurdos sino por árabes. Su objetivo: tomarlas, bajar 30 kilómetros al sur y, entonces, según muchos analistas, parar la ofensiva.

El avance por tierra solo ha tenido lugar, de momento, en estas regiones. Pero no los bombardeos, que han ocurrido a lo largo de los 400 kilómetros de frontera que Turquía comparte, hasta ahora, con las YPG.

Seis civiles han muerto por bombardeos turcos en Siria, ha dicho la Media Luna Roja kurda. Cinco más han fallecido en el lado turco, por culpa, en este caso, de morteros lanzados desde Siria por las milicias kurdosirias – dos de ellos, en Nusaybin, la ciudad de Ahmet.

Según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH), la ofensiva ha causado ya el desplazamiento de 60.000 personas, la gran mayoría de ellos huye al sur: a puntos alejados de la frontera. “Nos estamos preparando para la gente que nos va a llegar – dice Salah desde Raqa, donde trabaja en una oenegé centrada en la reconstrucción de esta ciudad – . Estamos intentando conseguir espacios para ubicar a la gente. De momento, a la que ya ha llegado, la hemos puesto en nuestras casas”.

“Nuestros cálculos no son nada optimistas. Pensamos que, en caso de que los turcos capturen Tel Abiad y Ras Al Ain, llegarán durante la semana que viene a Raqa unas 90.000 personas. Y eso sería terrible. La situación aquí ya es desesperada. Con un desplazamiento masivo de gente hacia nosotros viviremos una crisis humanitaria catastrófica”, explica Salah.

En el mundo, las críticas a Turquía por esta operación se han multiplicado. Casi nadie apoya los planes de Erdogan en el noreste sirio. “Que lo sepáis, Estados Unidos. Esta operación no es contra los kurdos. No tenemos ningún problema con ellos. Esta operación es contra un grupo terrorista”, ha dicho el presidente turco este jueves.

Dentro de Turquía, la situación es al revés: casi todos, aquí, están encantados con esta operación. Y quien no lo esté deberá de estarlo, porque la policía turca ha detenido ya a 78 personas, entre ellas un periodista de un periódico izquierdista, por criticar la operación de Erdogan contra las YPG.

Hay, en todo esto, una excepción: la gente que vive en la frontera con Siria; los que, a diferencia de los demás, no tendrán que ver las bombas a través de la pantalla porque no les hará falta. Estos no quieren la guerra. “Sé que en Turquía hay mucha gente a la que esta operación le parece correcta, pero aquí en Nusaybin nadie la desea  – dice Ahmet – . Absolutamente nadie. Porque al final siempre pasa lo mismo. Mueren civiles, niños y mujeres. Gente inocente. Miles acaban escapando. Esto es lo que pasa siempre cuando un ejército se enfrenta a otro, por mucho que este otro pueda ser catalogado o no como terrorista. Joder, quienes sufren son siempre los mismos”.

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