Johannesburgo, 17 sep (EFE).- El Gobierno de Botsuana comenzó hoy el proceso de deportación forzosa de 855 namibios llegados al país a finales de los años noventa por la violencia en la denominada Franja de Caprivi, debido a que los afectados perdieron el estatus oficial de refugiados en 2015 y ahora son considerados inmigrantes ilegales.

La repatriación, rechazada por los afectados, está siendo ejecutada por el Gobierno botsuano después de que los tribunales botsuanas fallaran en julio pasado en contra de los namibios en su batalla legal por permanecer en el país.

“Las implicaciones de la decisión de la Corte de Apelaciones referida antes son que los antiguos refugiados namibios están ahora clasificados como inmigrantes ilegales. Como resultado, deben ser tratados como tales bajo la Ley de Inmigración y, consecuentemente, ser deportados”, confirmó el Gobierno de Botsuana en un comunicado.

Las deportaciones comenzaron oficialmente hoy, según informó el diario “The Namibian Sun”, pero el proceso se prolongará hasta finales de octubre.

Los namibios estaban posicionados en contra de la repatriación ya que afirmaban que, además de llevar viviendo en suelo botsuano durante más de quince años, podrían ser objeto de represalias a su vuelta.

Además, hubo críticas contra el Gobierno de Botsuana debido a que la deportación impedirá a muchos menores completar el curso escolar actual.

El Ejecutivo encabezado por el presidente botsuanés, Mokgweetsi Masisi, alegó que “lamentablemente” solo tres familias de todo el contingente namibio se inscribieron para aprovechar las ayudas de retorno puestas sobre la mesa hasta hace un mes, incluida la reubicación escolar de los menores, gracias a un acuerdo tripartito entre la ONU y las dos naciones africanas implicadas.

Se estima que Botsuana acogió en su día a unos 3.000 refugiados namibios que huyeron de un conflicto secesionista desatado en 1998 en la Franja de Caprivi, un estrecho saliente de territorio namibio situado al norte de Botsuana.

Aquella crisis enfrentó al Ejército namibio con una milicia denominada Ejército de Liberación de Caprivi (CLA, en sus siglas inglesas) y la mayoría de los refugiados se instalaron en el campo de Dukwe, situado en el noroeste de Botsuana.

Ese grupo armado, formado en 1994 y desarticulado por el Gobierno de Namibia cinco años más tarde, luchaba para obtener la independencia de la Franja de Caprivi.

Ya en 2015, después de que los namibios perdieran el estatus de refugiados por considerarse que ya no correrían ningún peligro en su país, Botsuana intentó emprender la repatriación, pero la maniobra fue paralizada y postergada por vía judicial.