El número de menores extranjeros no acompañados (‘menas’) que ha recibido Álava en lo que va de año ha descendido un 25% con respecto a 2018, un ejercicio en el que la afluencia de estos jóvenes al territorio llegó a saturar, por ejemplo, el centro Bideberria. Sin llegar a concretar la cifra de chavales que en estos primeros ocho meses de 2019 han pasado a estar bajo la tutela de la Diputación, el jefe del Ejecutivo foral sí ha insistido en el descenso «significativo» tras un 2018 de llegada masiva.

El dato contrasta con lo expresado ayer por la Fiscalía General del Estado, organismo que en base a las cifras que le suministran una veintena de fiscalías de menores provinciales alertó del «incremento espectacular» de migrantes menores de edad que viajan solos a España e invitó a hacer una «seria reflexión» sobre este fenómeno forjado al amparo de la clandestinidad de pateras y zulos ocultos en coches y furgonetas. Euskadi, al cierre de 2018 y según la memoria de la Fiscalía, tenía 990 ‘menas’ bajo la responsabilidad de las diputaciones, la cuarta comunidad con más jóvenes solo superada por Andalucía, Cataluña y la ciudad autónoma de Melilla.
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«Ahora la situación no es esa», ha asegurado González en relación a los datos aportados por el Ministerio Público, tras admitir que en 2018 sí existió una llegada masiva de inmigrantes sin adultos que pudieran hacerse cargo de ellos. Por ello, sí ha reclamado el diputado general una «política de Estado» porque «no es de recibo que alguna región prácticamente no tenga» menores extranjeros a su cargo, una idea que las instituciones vascas gobernadas por el PNV han utilizado de forma reiterada desde la última crisis de migrantes. Por ejemplo, la vecina comunidad de La Rioja tenía un tutelado y Extremadura 16.

La Diputación alavesa y las instituciones vascas «atenderemos a todos los que lleguen y lo vamos a hacer bien, pero tiene que haber una política de Estado», insistió. En este sentido, el dirigente del PNV ha destacado el programa ‘Share’ impulsado por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu «que se basa en los principios de solidaridad y justicia». Y ha apelado a que cada comunidad autónoma «acoja al número de menores que esté en condiciones de acoger».

Álava cerró 2018 con 90 menores extranjeros no acompañados, la cifra más alta de todo el año. La saturación del centro Bideberria con tres módulos residenciales que suman un total de 67 plazas obligó a la Diputación a reforzar los recursos y el personal para tutelar y atender a estos jóvenes.