AUGE 'ULTRA'

La elección de un alcalde neonazi causa revuelo en Alemania

Concejales conservadores, socialdemócratas y liberales del pequeño pueblo de Altenstadt votaron a favor del candidato radical despertando la indignación nacional y de sus partidos

El Periodico, Carles Planas Bou, 11-09-2019

Pocas veces un pequeño distrito de un pequeño pueblo alemán ha causado tanto revuelo a escala nacional. Y es que el pasado jueves por la noche el municipio de Altenstadt vio como un conocido político neonazi, Stefan Jagsch, se convertía en alcalde del barrio de Waldsiedlung nada menos que con el apoyo de concejales locales conservadores (CDU), socialdemócratas (SPD) y liberales (FDP).

Elegido líder del consejo local por unanimidad, la desigNación de Jagsch nace de la necesidad. El problema llegó después que el anterior alcalde, el liberal Klaus Dietrich, renunciase a su cargo en junio. Al parecer, nadie quería sucederle y en ese vacío los concejales terminaron optando por el líder neonazi. “No tenemos a nadie más joven que esté familiarizado con los ordenadores y pueda enviar correos”, explicó el conservador Norbert Szilasko.

“Lo que haga en su vida privada no es nuestro problema”.

Vicepresidente del partido fascista NPD en el Estado de Hesse, Jagsch es conocido porque en 2016 sufrió un accidente al ser atropellado por un coche y fue rescatado, irónicamente, por dos refugiados sirios. Su partido, que obtuvo el 10% de los votos en Altenstadt en las elecciones de 2016, es la formación neonazi más antigua de Alemania y se ha intentado ilegalizar en dos ocasiones.
Indignación nacional

Con poco más de 2.500 habitantes, Waldsiedlung es uno de los siete distritos que forman el pequeño municipio de Altenstadt, ubicado a 35 kilómetros al noroeste de Fráncfort. Eso no evitó que la noticia se escampase por toda Alemania trasladando la indignación a Berlín. Desde la capital, las cúpulas de los tres partidos, renegaron avergonzados de la decisión tomada por sus representantes locales y exigieron una revisión que permita sacar a Jagsch de su nuevo sillón.

“¡No cooperamos con nazis! ¡Nunca!”, lamentó el secretario general socialdemócrata, Lars Klingbeil, exigiendo una revocación de las elecciones. En esa misma dirección apuntó Annegret Kramp-Karrenbauer, líder de la CDU y heredera de la canciller Angela Merkel.

Jagsch, en cambio, calificó esas quejas contra su elección como una “tragedia para la democracia”. Por su parte, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) aprovechó el caso para criticar a sus rivales y asegurar que ellos “nunca” votarían a un político neonazi.

Cambio de voto

Esa presión se trasladó a Altenstadt, donde durante el fin de semana los presidentes locales de CDU, SPD y FDP se reunieron con el alcalde en funciones para buscar vías legales para poder expulsar a Jagsch. “Es nuestra máxima prioridad”, recalcó Lisa Gnadl, líder socialdemócrata de la región de Wetterau. Esas charlas fueron impulsadas por Eleonore Schaller (SPD) y Tatjana Cyrulnikow (CDU), las dos concejales que el jueves no pudieron acudir a la votación.

La protestas pueden obtener resultados en las próximas horas. Siete de los nueve miembros de la junta asesora local han firmado una declaración conjunta en la que aseguran que ahora votarán para apartar del poder a quien impulsaron hace cinco días. Jagsch ya ha anunciado que recurrirá en los tribunales la decisión de impugnarlo. Con esa necesaria mayoría de tres cuartos bajo el brazo, Altenstadt puede revertir ahora la decisión que llevó a este pequeño municipio alemán a ser el foco de la indignación nacional.

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