Canarias pide a la Armada que «blinde» las islas como último recurso ante la avalancha

Zapatero atiende, una semana después, la llamada del presidente autonómico

La Razón, 23-05-2006

Santa Cruz de Tenerife – El Parlamento de Canarias elevó ayer una propuesta
por la que le pide al Gobierno central que la Armada Española blinde las
costas de las Islas ante la avalancha de inmigrantes. Esta moción,
planteada por el PP, fue aprobada con el voto a favor de CC y la oposición
del PSOE. El objetivo del blindaje es «socorrer, atender, prestar ayuda
humanitaria y devolver a los ilegales al puerto del que hayan partido».
Además, se reclama que se extienda a todas las islas el Sistema de
Vigilancia Exterior (SIVE). La Cámara lamentó también la «poca
sensibilidad» de la UE ante la oleada de ilegales que sufre las Islas. Por
eso pidió a Bruselas que fije un fondo de emergencia para hacer frente a
«las crisis humanitarias derivadas de las avalanchas inmigratorias». Y
lamentó la «lenta respuesta» del Estado.
   El consejero
canario de Presidencia y Justicia, José Miguel Ruano (CC), advirtió al
Gobierno central de la necesidad de que acometa con urgencia políticas
específicas que tengan en cuenta los intereses de las Islas en el África
occidental. En este sentido, le acusó de «no haber hecho la tarea» con las
medidas acordadas en marzo tras la anterior oleada de cayucos desde
Mauritania.
   Canarias «está deslocalizada» de la política exterior
española. Por ello, demandó «gestos claros de respeto». La distancia
geográfica de las Islas con Madrid «es menor que la política» y que «será
mayor» como la actitud de Madrid continúe como hasta ahora. No obstante,
no se trata, en su opinión, de un problema con el Gobierno socialista,
sino de «relación bilateral de Canarias y España».
   Reunión en Moncloa. «No se puede hacer un Plan África sin contar con
Canarias o mantener sin información a su Ejecutivo». Por ello, ofreció la
colaboración de Canarias y sugirió la participación canaria en las
misiones diplomáticas en África. Aunque admitió que el problema tiene una
solución difícil a largo plazo, dijo sí tenerla a corto. E invitó a
Zapatero a buscar conjuntamente soluciones policiales y de seguridad de
las fronteras españolas.Ruano ironizó con la capacidad de respuesta de
Madrid, en alusión a la advertencia que en marzo las autoridades
mauritanas hicieron a las españolas sobre la salida cayucos desde Senegal.
En la propuesta parlamentaria se solicita a Zapatero una «política más
contundente, realista y eficaz» para impedir la inmigración, petición que
no contó con el respaldo socialista. Esta vez con el voto favorable del
PSOE y la oposición del PP, se pidió la modificación de la Ley de
Extranjería y la ampliación a 40 días del plazo de internamiento de
extranjeros. CiU, IU y PNV se sumaron ayer en el Congreso a esta
iniciativa y abogaron por sellar un pacto de Estado sobre esta cuestión.
   Mientras el presidente del Gobierno ha fijado, por fin, fecha para recibir
al jefe del Ejecutivo canario, Adán Martín. El encuentro, que tendrá lugar
la primera semana de junio, se celebrará después de que Martín advirtiera
su intención de acudir al Rey si Zapatero no lo recibía para abordar la
situación. El anuncio de Adán Martín tuvo inmediatamente su fruto. Don
Juan Carlos conversó con él para interesarse por la crisis que sufren las
Islas y, ya días después, Zapatero hizo un hueco en su apretada agenda.
   Esposados y sedados. La secretaria general de Cáritas Diocesana de
Canarias, Lola Correa, denunció ayer las lamentables condiciones en las
que son retenidos los subsaharianos que llegan a Canarias. Y aseguró,
aportando testimonios de los propios afectados, que «después de estar
cuarenta días encerrados, en condiciones poco dignas, son esposados,
amordazados, sedados y devueltos a África». Correa hizo un llamamiento a
«tomar conciencia del sufrimiento humano y la vulneración de derechos» de
que están siendo objeto los indocumentados que llegan a las costas
canarias.
   Así, se hace eco de una noticia de la prensa local
remitida por un enviado especial a la zona fronteriza entre Senegal y
Mauritania, que denuncia cómo los inmigrantes «son dejados en el
aeropuerto de Nuadibú y luego recogidos por un camión usado para el
transporte de animales. Llegados a un punto, considerado tierra de nadie,
se les abandona a su suerte».
   

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