Canarias pide a la Armada que «blinde» su costa para frenar la llegada de cayucos

Solicita a la Unión Europea un fondo de emergencia ante las avalanchas

El Correo, 23-05-2006

El Parlamento de Canarias pidió ayer al Gobierno central que la Armada «blinde» las costas del archipiélago para frenar la masiva llegada de inmigrantes. En un pleno monográfico celebrado después de que más de 2.000 indocumentados arribase a las islas en apenas dos semanas, la Cámara también solicitó a la Unión Europea el establecimiento de un fondo de emergencia para atender «las crisis» humanas generadas por las avalanchas.

En la iniciativa, que contó con el voto en contra del PSOE, el Parlamento solicita el blindaje de las costas para «socorrer, atender, prestar ayuda y devolver a los ilegales al puerto del que hayan partido», al tiempo que reclama la extensión del sistema de vigilancia exterior (SIVE) a todas las islas. Respecto a la ayuda solicitada a las autoridades europeas, algunos portavoces lamentaron su «poca sensibilidad» y les instaron a asumir «un papel más decidido» y «más solidaridad» ante este problema.

La sesión también aprobó – con la oposición del PP – la petición del presidente de la comunidad, Adán Martín, de modificar la Ley de Extranjería para ampliar el plazo de 40 días de internamiento de extranjeros. Martín confirmó en los pasillos del Parlamento que a principios de junio se reunirá con José Luis Rodríguez Zapatero para abordar la crisis.

Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, viaja hoy a Bruselas para pedir ayuda europea en el control y la gestión de la inmigración ilegal que llega a Canarias procedente de África.

Denuncias de AI

Por otro lado, Amnistía Internacional presentó ayer en Londres su informe anual de derechos humanos, en el que denuncia que a la mayoría de inmigrantes que llegaron en 2005 a Ceuta, Melilla y Canarias «se les negó la asistencia para pedir asilo y a muchos se les expulsó ilegalmente». AI asegura que muchos de los fallecimientos ocurridos durante los asaltos a las vallas se debieron al «uso excesivo de la fuerza» por parte de las autoridades marroquíes y españolas.

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