DONOSTIA- Ayer hizo un año de una de las imágenes que cambió nuestra percepción del fenómeno migratorio. Que lo hizo quizá más cercano. El 18 de junio de 2018 un grupo de subsaharianos se bajaba de un autobús procedente de Almería en la estación de Donostia sin tener muy claro dónde estaban. Ellos querían ir a Francia. Un error de comunicación hizo que a su llegada nadie les estuviera esperando, por lo que su presencia en la estación fue poco a poco suscitando el interés de los medios hasta que las instituciones se percataron y Cruz Roja Gipuzkoa, que los esperaba para una hora más tarde, movió ficha y los recogió.

A dos jornadas de la celebración del Día del Refugiado (20 de junio), la presencia del grupo aparentemente abandonado desveló, sin embargo, una realidad ya constatada por las entidades que acogen y ayudan a estas personas que los flujos migratorios se habían intensificado y los recursos estaban desbordados.

Cruz Roja hizo ayer balance de su ingente labor, que incluye áreas tan diversas como salud, juventud, medio ambiente o inclusión social. Y es dentro de esta última donde las personas inmigrantes y refugiadas merecen un capítulo especial.

Cruz Roja Gipuzkoa atendió el pasado año a 4.788 personas migrantes y refugiadas, según la memoria de esta entidad hecha pública ayer. Documento en el que se detalla cómo ha ido creciendo este fenómeno que ya en 2017 mostró un “incremento de llegadas irregulares de personas vía marítima a las costas del sur” del Estado. Muchos manifiestan su voluntad de trasladarse a Euskadi, bien para reencontrarse con sus redes de apoyo, bien para dar salto al otro lado del Bidasoa, donde les esperan sus familiares.

“Desde junio de 2018 Cruz Roja incorporó en Euskadi el programa de grandes ciudades que, además de facilitar la cobertura de necesidades básicas”, permite “el restablecimiento de los contactos desde los espacios habilitados”, señalan desde la entidad. “Desde junio a diciembre de 2018, Cruz Roja en Euskadi atendió a un total de 7.206 personas migrantes, es decir, un 12,5% del total estatal”, añaden.

En el Estado, el número de solicitantes de asilo atendidas por Cruz Roja ascendió a 29.500 personas el 40% de ellos mujeres y el 23% menores a través de distintos programas de acogida e integración y la mayoría procedían de Venezuela (24,8%), Colombia (12,2%), Ucrania (8,6%) y Siria (6,4%).

En este sentido, Cruz Roja denunció ayer que muchas personas que buscan refugio en la Unión Europea están siendo rechazadas en las fronteras, en ocasiones, sin tener en cuenta su situación, ni la necesidad de garantizar su seguridad y protección, contraviniendo uno de los principios fundamentales de la Convención sobre Refugiados de 1951.

Esta situación, unida a la escasez de vías legales, implica mayores riesgos para la seguridad de las personas refugiadas, alertó la ONG, que recordó la importancia de que los estados “renueven y fortalezcan” su compromiso con esa convención.

EL PROCESOCruz Roja es una de las organizaciones que participan en la gestión del programa de acogida a personas solicitantes de protección internacional en el Estado español, financiado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI) de la UE.

La intervención de Cruz Roja consta de varias fases que cubren desde la primera acogida hasta la integración y la autonomía de los solicitantes de protección internacional, con una duración de entre 18 a 24 meses.

Para ello, la ONG diseña itinerarios personalizados de inserción socio laboral que cubren sus necesidades básicas ofreciéndoles, entre otros, servicios de apoyo jurídico, psicológico, traducción e interpretación, aprendizaje del idioma, ayudas económicas, formación, orientación e intermediación laboral. Con la campañaAhora que están aquí, #TeNecesitanCerca, Cruz Roja intenta sensibilizar sobre los retos y dificultades que afrontan estas personas. – N.G.