Las solicitudes de asilo hasta mayo ya superan las de 2018

CEAR-Euskadi abrirá un nuevo centro para refugiados en el antiguo albergue Zuloaga Txiki de Tolosa, con una treintena de plazas Venezuela, Nicaragua, Honduras y El Salvador son las principales nacionalidades de procedencia En lo que va de año 237 refugiados tramitaron su petición en Gipuzkoa

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 19-06-2019

DONOSTIA- Euskadi ha registrado 2.075 solicitudes de asilo hasta mayo, una cifra que supera en 500 el total de las recibidas en todo 2018, cuando se contabilizaron 1.595. La proyección, por lo tanto, hace suponer que el número de solicitudes se verán duplicadas este año respecto al anterior, según explicó ayer Patricia Bárcena, directora de CEAR-Euskadi. Por territorios, del balance de peticiones de asilo recibidas en Euskadi el año pasado, 973 se realizaron en Bizkaia, 385 en Araba y 237 en Gipuzkoa.

El presidente de CEAR Euskadi, Javier Galparsoro, señaló que todas estas cifras, unidas a las que registra el conjunto del Estado español y Europa, “desmontan el mito de que las personas refugiadas ya no llegan”. “Ésta fue una falsa creencia que se instauró a raíz del fracaso de los acuerdos de reubicación y reasentamiento de la Unión Europea y no solo llegan, sino que convivimos con ellas en nuestras ciudades, pueblos y barrios”.

Para solucionar y dar respuesta a estas solicitudes de asilo o refugio, Galparsoro enumeró los retos que esta realidad tiene pendientes para poder canalizar esta demanda. En primer lugar, destacó que el 75% de las demandas de asilo tramitadas en Euskadi son denegadas, en un proceso que se alarga en el tiempo porque el sistema “está colapsado”. “La ventaja consiste en que para cuando se resuelven, estas personas ya están arraigadas y en muchos casos trabajando, por lo que aunque se les deniegue, pueden intentar regular su situación a través de la legislación de extranjería”.

Asimismo, Galparsoro instó a facilitar el acceso al empadronamiento a las personas que solicitan protección internacional, independientemente de la documentación que dispongan;acortar los tiempos de espera tanto para iniciar el procedimiento de solicitud de asilo como los de su resolución;garantizar el acceso a la vivienda de las personas solicitantes de asilo y refugiadas, y garantizar su acceso al empleo, “que además de ser un proceso difícil, está condicionado a la resolución de su solicitud de asilo, porque cuando ésta es rechazada, automáticamente lo pierden”. Sobre este punto, Bárcena pidió una tramitación especial a la hora de regularizar su situación a través de la ley de extranjería para estos casos.

La directora de CEAR-Euskadi también puso en valor el trabajo realizado durante estos meses en la ampliación del sistema de acogida y mencionó como ejemplo el caso de Oñati con el centro Larraña Etxea, destacando que “se creó para dar respuesta a las personas que necesitaban recursos residenciales mientras esperaban asignación de plaza en el sistema estatal de acogida”. “Consideramos que Larraña Etxea es un claro ejemplo de convivencia”, apuntó Bárcena. Desde que abrió sus puertas a mediados de octubre, han pasado por Larraña Etxea 161 personas, 140 hombres y 21 mujeres. En su mayoría, el perfil de las personas atendidas es el de un hombre joven solo de África Subsahariana, de entre 20 y 30 años.

No obstante, a pesar de los avances realizados, Elena Valverde, responsable de acogida de CEAR-Euskadi, señaló que “seguimos intentando mejorar la situación de todas aquellas personas que siguen a la espera de poder entrar en alguna de las plazas y que tienen un largo tiempo de espera”. “De hecho, en estos momentos, tenemos 930 personas a la espera de asignación de plaza, por lo tanto, urge dar respuesta a todas estas situaciones”, explicó. Para continuar dando respuesta a estos casos, la organización comenzará a gestionar próximamente un nuevo centro en Tolosa, que como Larraña Etxea contará con el apoyo del Ayuntamiento y del Gobierno Vasco, y que dispondrá de unas 30-35 plazas.

El 75% de las peticiones de protección internacional como refugiado en Euskadi son denegadas, según explican desde CEAR

RESOLUCIONES PENDIENTESEn el conjunto del Estado, las solicitudes de asilo pendientes de resolver se acumulan y ya superan las 100.000. Hasta mayo, se habían presentado 46.596 peticiones y por tercer año consecutivo, la nacionalidad principal es la venezolana (16.845), seguida de la colombiana (10.122), nicaragüense (2.698), hondureña (2.666) y salvadoreña (2.078). Desaparece así de la lista Siria, que a cierre de 2018 ocupaba el tercer lugar con 2.901.

Así, los datos reflejan que el Estado va amontonando alrededor de 7.000 peticiones pendientes de resolver al mes: el año pasado acabó con 78.705;en enero de este año subieron a 85.185, y en febrero, a 93.140 hasta que, el 31 de marzo, se situaron en 102.890.

LAS CIFRAS EN EL ESTADO

Cuarto país de la UE. El Estado español volvió a superar su máximo histórico con 54.065 solicitudes de asilo y se situó como el cuarto país de la Unión Europea, con el 8% del total, por encima de Italia, Reino Unido o Suecia.

Venezolanos. Por tercer año consecutivo, Venezuela fue el país de origen de un mayor número de solicitantes de protección internacional en España, con 19.280, casi el doble que en 2017 (10.350). Le siguieron Colombia (8.650), Siria (2.775), Honduras (2.410) y El Salvador (2.275).

LA TRAMITACIÓN

Denegadas. El año pasado volvió a reducirse la concesión de protección internacional en España. De las 11.875 personas afectadas por las resoluciones firmadas por el ministro del Interior, solo 575 lograron el estatuto de persona refugiada y 2.320 la protección subsidiaria (24% de resoluciones favorables), mientras que a 8.980 se les denegó la protección (76% de resoluciones desfavorables). Solo treinta personas originarias de Venezuela lograran protección (frente a 1.495 rechazadas). “Llama también la atención la elevada denegación de las personas de El Salvador y Honduras, en su mayoría víctimas de las maras”, destaca CEAR.

Aceptadas. En el ángulo contrario, 195 de las 245 personas palestinas afectadas por resoluciones de asilo lograron protección. Sin embargo, la exigencia desde febrero de 2019 de un visado de tránsito para estas personas dificultará aún más su llegada al Estado español, denuncia CEAR.

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