«El Ramadán nos purifica»

Diario Vasco, A.E., 11-06-2019

El Ramadán llegó a su fin y la comunidad musulmana de Eibar celebró, por todo lo alto, esta fiesta. El calendario lunar deparó este año un ayuno de 29 días, desde que sale el sol hasta el ocaso, y a partir de ahora los musulmanes regresan a sus rutinas cotidianas.

Por ello, la carpa de Unzaga se llenó de fiesta por el fin del periodo con la celebración de una degustación popular gratuita. «Yo he trabajado de 6.00 de la mañana hasta las 14.00 horas. Desayuno antes de las 5.00 con un café con leche, dátiles, y proteínas para afrontar el día hasta las 21.00 horas», decía Simou Aghbalou, un musulmán enfundado en una camiseta del Eibar.

Junto a ello, contaba Simou, que la estación de celebración condicionaba todo. «Hay días más largos y más cortos. En función de las latitudes, el Ramadán se hace más duro. No es lo mismo estar a 42 grados que a 22, si hay calor o no hay calor, pero también es un momento ilusionante, Dios nos da mucha fuerza para afrontarlo».

Contaba Simou cómo afronta está época del año de tanta significación para su culto. «Rezamos cinco veces al día. Buscas los momentos de descanso en el trabajo y al mediodía o a la noche vamos a la mezquina». El objetivo que buscaban en la oración no era otro que «el fortalecimiento espiritual». Recordaba las bases de su religión que no eran otras que las de creer en Dios, en Mahoma, rezar, ayudar a los pobres, y después marchar a la Meca una vez en la vida. «Si estás bien de salud tienes que hacerlo. Pero si estas enfermo no se puede hacer el Ramadán». A partir de la fiesta, los musulmanas tratan de buscar los preceptos de apoyo a una familia pobre. «Buscamos a alguna familia que lo esté pasando mal y le damos un parte de nuestro dinero para que pase bien ese día. No está bien que estés disfrutando del momento y veas que otros están mal». A nivel de Eibar, Simou se consideraba una persona «muy integrada». Disfruta de los partidos del Eibar y muchas veces se apunta a los desplazamientos de su equipo. Ahora Simou participará, junto con otros musulmanes eibarreses, en la búsqueda de fondos para construir una nueva mezquita en nuestra ciudad.

La fiesta estuvo presidida por la fotogafía de Razan al – Najjar, conocida en el mundo como la enfermera palestina que resultó muerta por el disparo de un francotirador durante las protestas en Palestina: «Su única arma era su chaleco médico» rezaba la frase que contenía la fotografía. Pese a ello, el ambiente fue de notable alegría con los bailes de Dakka Mari. También hubo un puesto de información con un taller de globos para niños. Al mediodía, se abrió un taller de Henna y después una actuación musical. Los actos estaban abiertos a todos los eibarreses que también presenciaron los bailes. Fueron todos invitados a compartir el té y los dulces que estaban elaborando. Los niños correteaban alrededor de Unzaga. «Hasta los 12 años no están obligados a hacer el ayuno pero, si les hace ilusión, les dejamos hacerlo el sábado y el domingo», explican. «Estamos felices. Hoy es un día muy familiar».

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