El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean – Claude Juncker, defendió este miércoles en un encuentro con 300 jóvenes europeos la idea de una Unión Europea abierta a quienes huyen de la persecución en sus países y recordó que el continente es hoy un lugar mejor gracias al proyecto europeo.

El diálogo tuvo lugar en la víspera de la cumbre informal de líderes que se celebra este jueves en la ciudad rumana de Sibiu, reunión en la que abordarán un borrador de la agenda europea hasta 2024 y firmarán una declaración de intenciones sobre su unidad a futuro.

Ante los 300 jóvenes europeos, 23 de ellos españoles, y junto al presidente rumano, Klaus Iohannis, Juncker, defendió que Europa es un lugar mejor para vivir ahora que cuando él debutó en la política y particularmente frente a la época de su padre, quien, recordó el político, fue primero soldado y posteriormente trabajador del acero.

“¿Mi vida ha sido mejor que la suya? Sí, porque la UE tiene el objetivo principal de asegurar que no habrá más guerras en Europa. Ya hemos tenido suficientes”, señaló Juncker.

El cambio climático y las relaciones con África serán los grandes retos de la Europa del futuro, según Juncker, quien también destacó que en la próxima legislatura europea seguirán siendo prominentes las crisis políticas causadas por los flujos migratorios, protagonistas de los últimos cinco años.

Juncker recordó que al asumir su mandato en noviembre de 2014 una de sus prioridades fue la gestión de la inmigración con solidaridad, un asunto en el que “llevó un tiempo convencer a los países”, pero que culminó con la adopción de cuotas obligatorias de acogida de refugiados en 2015.

“Hicimos lo que prometimos. No podíamos dejar solos a Italia, Grecia y otros países”, aseguró Juncker, quien subrayó la caída en las llegadas ilegales desde entonces.

El reparto de inmigrantes por cuotas entre países, sin embargo, no se ha respetado.

El presidente del Ejecutivo comunitario insistió en que las personas que llegan a Europa a través del Mediterráneo “no son turistas, sino perseguidos” y advirtió de que “como europeos no tenemos el derecho a rechazar a los que vienen de lejos”

“Europa debe ser el sitio en el que los perseguidos por sus ideas políticas y religiosas tengan su lugar. Siempre lucharé por una UE abierta no a todo el mundo, sino a los que necesitan una puerta abierta”, dijo Juncker.

El encuentro con los jóvenes, con un formato de diálogo y preguntas de los asistentes a Juncker y Iohannis, sirvió para abordar asuntos que no figuran habitualmente en las agendas de actualidad europea, como la precariedad del empleo juvenil o la posibilidad de que la edad mínima de voto se reduzca a los 16, como ya sucede en Austria.

Juncker no se pronunció en este sentido y recordó que legislar sobre la edad de voto corresponde a los gobiernos de los Estados miembros y no a la Comisión, mientras que Iohannis se mostró favorable a que se pueda votar con 16 años, pero reclamó que “se aprenda sobre democracia un poco antes” que en la actualidad.

Sobre las próximas elecciones al Parlamento Europeo, que comenzarán en apenas dos semanas, Juncker instó a que todos los europeos acudan a las urnas y que, cuando emitan su voto, tengan en mente cómo sería la Unión Europea al día siguiente si todo el mundo votara igual que ellos.

El encuentro informal de líderes de este jueves, cargado de simbolismo por celebrarse en el día de Europa, 9 de mayo, en uno de los últimos países en unirse al club y que hace tres décadas aún estaba tras el telón de acero, acogerá una primera discusión sobre las claves del trabajo de las instituciones en los próximos cinco años.

Los Veintisiete (todos salvo el Reino Unido) firmarán además una declaración de intenciones sobre su unidad para afrontar los retos de la Unión en los próximos años y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, comunicará a los líderes sus intenciones sobre cómo abordar el proceso de nominaciones para renovar todos los altos cargos comunitarios tras las elecciones.