Libia, al borde de una nueva guerra civil ocho años después de la caída de Gadafi

La Razón, Ethel Bonet. Beirut., 11-04-2019

Desde la ejecución de Muamar Gadafi en 2011, el país con las mayores reservas de petróleo de África no ha visto un momento de tranquilidad. Dos gobiernos enfrentados el Gobierno de Unidad Nacional (GNA) y el Ejército Nacional Libio (ENL) han pujado por el poder desde la caída del dictador convirtiendo al país norteafricano en uno de los lugares más violentos, peligrosos y fuera de control del mundo, donde proliferan las mafias y grupos yihadistas.

Algunos analistas ven la ofensiva del mariscal Jalifa Haftar como la clave que traerá la estabilidad al caos de Libia. Sus ambiciones son tomar el control del cien por ciento del país, ya contrala el 70%, y su mayor obstáculo está siendo la codiciada capital, Trípoli, donde está el gobierno de Fayez al Sarra, la única autoridad reconocida por la ONU.

El mariscal cuenta con el apoyo de Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Egipto, que consideran imprescindible que sus fuerzas tomen la capital para dar una salida a la crisis política que arrastra el país desde 2011. Con el control de la región de Ain Zara, las fuerzas leales a Haftar están a las puertas de Trípoli.

Ante la ofensiva de las fuerzas rebeldes, que ha causado ya al menos 47 muertos y 181 heridos, el GNA pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe las medidas necesarias para detener los ataques que están asediado Trípoli. Así, en una carta a la ONU, el ministro de Asuntos Exteriores del GNA, Mohamed Sayala, se quejó de la ineficiencia de los movimientos que Naciones Unidas están llevando para reprimir la violencia y poner con el conflicto que asola al país.

“Una parte del conflicto, que dice ser comandante del Ejército libio, está recurriendo a soluciones militares y lidera un ataque destructivo contra Trípoli que podría tener un terrible impacto en los civiles y en las infraestructuras y dificultar el proceso político”, expuso el jefe de la diplomacia libia, que recalcó que uno de los peores ataques que ha sufrido Libia ha sido el atentado contra el aeropuerto de Mitiga.

“Podemos confirmar indudablemente que Haftar está reclutando niños en su guerra destructiva por sus aspiraciones de poder y dominio militar, olvidando las esperanzas de los libios de lograr un país democrático y civil”, argumentó Salaya.

Las escaramuzas alrededor de la capital han provocado el desplazamiento de miles de civiles. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), alrededor de 1.600 personas se han visto desplazadas en la últimas 48 horas a causa de los combates cerca de Trípoli, lo que eleva a 4.500 el número de personas que han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos. La OCHA señaló que la situación de seguridad dentro de la ciudad y en sus alrededores “sigue siendo volátil” e informó de combates en Uadi al Rabie, Qasr ben Gashir y Ain Zara, además de bombardeos en Suq al Jamis y Al Shuairif.

Asimismo, alertó de que “el número de desplazados probablemente se incrementará si continúa la violencia”.

Las organizaciones humanitarias han expresado su “extrema preocupación” por el “uso desproporcionado e indiscriminado de armas explosivas en zonas densamente pobladas y asentamientos urbanos”, por lo que han pedido a las partes que protejan la infraestructura civil.

Además, Unos 1.300 migrantes y refugiados detenidos corren grave peligro al encontrarse en dos centros situados en zonas donde se han registrado enfrentamientos estos días.

Por su parte, UNICEF alertó de que más de medio millón de niños están en “riesgo directo” en Libia, mientras las fuerzas del general Haftar avanzan sobre el Gobierno de Tripolí. En su declaración la agencia de la ONU pidió a todas las partes que se abstengan de “cometer violaciones graves contra los niños”, incluido el reclutamiento de niños como soldados. La agencia dijo que permanecería en el terreno durante el conflicto para brindar apoyo a los niños y sus familias.

Ante el caos reinante en Libia , los grupos extremistas y los yihadistas del Estado Islámico están aprovechando la confusión para ganar terreno. Este martes, al menos tres personas murieron a manos de combatientes del EI en el centro remoto del país.

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