Santa Cruz de Tenerife
El yate que apareció en las Islas Barbados con 11 inmigrantes momificados a bordo el último sábado de abril no iba a Brasil, sino que tenía como destino Canarias. El hermano de uno de los senegaleses que supuestamente embarcó en el yate a finales de diciembre relataba ayer la odisea de Malag Sano.

El yate que apareció en las Islas Barbados con 11 inmigrantes momificados a bordo el último sábado de abril no iba a Brasil, sino que tenía como destino Canarias. El hermano de uno de los senegaleses que supuestamente embarcó en el yate a finales de diciembre relataba ayer la odisea de Malag Sano.

Malag Sano partió de Senegal rumbo a Cabo Verde a principios de diciembre de 2005. Sabía que desde allí salían con relativa frecuencia barcos con destino a Canarias y quería embarcarse en uno. Lo consiguió el 28 de diciembre. Ese mismo día su hermano, Elghadji, y su cuñada, Cecilia, que residen en Barcelona, supieron por un amigo que Malag había partido rumbo al Archipiélago y que llegaría en unos 10 días. Probablemente el cuerpo de Malag sea uno de los once que hace 19 días fueron localizados en un yate a la deriva a 70 millas de Barbados, al otro lado del Atlántico, como informó CANARIAS7 hace dos semanas.

El día que Malag tenía previsto partir hacia las Islas llamó a su hermano para decirle: «Esta noche me voy a Canarias». Cecilia no recuerda que en ningún momento dijera que fuera a ir a Brasil, como sospechó la policía de Barbados cuando encontró el barco. Luego les telefoneó un amigo de Malag y les contó todos los detalles del viaje, cómo se había organizado y cuánto había pagado para llegar hasta las costas canarias.

Elghadji y Cecilia sabían perfectamente las características del barco en el que se embarcó Malag, por eso cuando vieron las imágenes de Barbados lo reconocieron. El barco con el que Malag y otros 47 inmigrantes senegaleses y malineses intentaron llegar a Canarias era un yate turístico de madera de unos ocho metros de eslora y lo compraron entre todos a un español, «probablemente un canario», que lo utilizaba para llevar turistas ha hacer inmersiones en Cabo Verde.

El organizador del viaje, según el relato de Elghadji y Cecilia, era un caboverdiano, que fue corriendo la voz por Praia (capital de Cabo Verde) de que el yate de vendía, «luego el grupo se fue organizando hasta que el 28 de diciembre según iban subiendo al barco pagaban al dueño, un español, 1.200 euros cada uno». En el grupo de 48 hombres iban también dos caboverdianos, el hijo del organizador del viaje y un hermano. «Ninguno sabía tripular un barco de aquellas características, pero el timón lo llevaba un senegalés», dice Elghadji.

Malag ocultó a su familia que iba a emigrar. Un día de diciembre cerró el locutorio que Elghadji le había montado en Dakar y con el dinero de la caja subió a un avión rumbo a Cabo Verde. Le perdieron la pista el día que se embarcó.
la policía, sin reflejos

n Desesperados. La familia de Malag Sano veía que pasaban los días y no sabían nada. A finales de enero se pusieron en contacto con la Policía Nacional y la Guardia Civil en las Islas para saber si había llegado un yate como el que embarcó. Ni rastro y Malag no estaba en los centros.

n Meses. El viaje de Malag iba a durar unos 10 días según les dijo el dueño español del barco que compraron entre todos por 57.000 euros. Cuatro meses y un día después de partir, el yate con 11 cadáveres llegó a Barbados.

n Gestiones. Hasta ayer ningún agente policial se había puesto en contacto con Edghadji y Cecilia, el hermano y la cuñada de Malag, pese a conocer con todo detalle la organización del viaje y las características y nacionalidad de quien vendió el barco. Ayer la Policía Judicial les pidió toda la información.
Prisión sin fianza para la tripulación del barco negrero

El titular del juzgado de instrucción número dos de Las Palmas de Gran Canaria decretó ayer el ingreso en prisión provisional y sin fianza para los tripulantes del pesquero Mapopeche II, en el que se encontraban 18 inmigrantes ocultos en el doble fondo de cajón de redes. Los tripulantes fueron detenidos el pasado sábado después de que el pesquero llegara al puerto de la ciudad

Así lo anunció José Miguel Pérez, el abogado defensor del patrón del buque, Daniel Pereira, de nacionalidad portuguesa, después de que los trece tripulantes prestaran declaración ante el juez como presuntos responsables de un delito contra los ciudadanos extranjeros.

Pérez indicó que el juez ha citado para hoy a las 10.00 horas a los tripulantes del pesquero, quienes, dijo, comparecerán en un careo con los 18 inmigrantes que viajaron en el barco, lo que permitirá «mejorar la instrucción».

Tras ese careo, el abogado estimó que al menos dos tripulantes, un cocinero y un marinero, ambos de nacionalidad brasileña, quedarán en libertad, ya que ayer declararon que no recibieron dinero alguno por el traslado de los inmigrantes.

El Mapopeche II, de bandera mauritana y 40 metros de eslora, llegó el pasado sábado al Puerto de La Luz de la capital grancanaria, donde fueron detenidos sus ocupantes, 15 inmigrantes de Guinea Bissau y tres de Mauritania, y los trece miembros de su tripulación, de nacionalidad portuguesa, Guinea Bissau, Angola y Brasil.

>> El buque llevaba 18 inmigrantes escondidos en un doble flondo

EFE / Las Palmas de Gran Canaria
la difícil defensa
(Foto: canarias7)AMPLIAR

Un marinero del barco negrero.

(Foto: canarias7)AMPLIAR

El patrón de buque, Daniel Pereira.

n Negativa. Si bien el capitán del buque negrero negó en un principio que conociese la presencia de los inmigrantes, luego aceptó que lo sabíaya que en su camarote estaba la documentación de los dieciocho inmigrantes.

n «Obligados». Su abogado dijo que los tripulantes del pesquero «fueron coaccionados y obligados por las mafias de Mauritania, país en el que estuvieron fondeados dos meses sin comida ni alimentos después de ser abandonados por el armador

n Poco dinero. El abogado dice que «el poco dinero» que ganó la tripulación se lo gastó «en comida, bebida y en gasoil» para el barco. Los 18 inmigrantes que viajaban ocultos en el Mamopeche II permanecen retenidos en el centro de internamiento de extranjeros.