La familia hecha en la diversidad

Canarias 7, 16-05-2006


Arucas
Las familias canarias de hoy están hechas de bellos retales que llegan desde el otro lado de la frontera para escribir en esta tierra su historia. Ayer fue el Día Internacional de la Familia y el Gobierno de Canarias se lo quiso dedicar a esas familias «diferentes», las que acogen y adoptan.


Estas familias dibujaron ayer un paisaje lleno de color en la zona recreativa de Lomo Jurgón, Arucas. Allí compartieron, bajo el sol, juegos y bocadillos con una sonrisa en los labios cientos de niños y niñas chinas, rusos, subsaharianos y en definitiva canarios . Junto a ellos, sus padres que tomaron la decisión de recorrer un largo camino, más allá de la frontera, para compartir su amor y seguridad. Derechos que poseen todos los niños, sea cual sea su procedencia.

ayuda. Blanca Llanos llegó hace quince días de China con Sara. Así cumplió el deseo de Alba, su hija mayor de nueve años que también llegó como un regalo desde el lejano oriente. «Estamos muy contentos con Sara, se ha adaptado muy bien y Alba está encantada», explica mientras su marido le da de comer con la ayuda de su primogénita que se deshace en mimos con su nueva hermana. «Lo más duro fue el papeleo», sostiene.

Carmen Luzardo también ha adoptado a una niña china y coincide totalmente en este punto con Blanca. «Fue realmente traumático para la familia el papeleo», indica, «la culpa la tuvo el mal hacer de los funcionarios que no tenían ganas de trabajar y además carecían de conocimientos suficientes». Carmen aprovechó la visita de la consejera regional de Empleo y Asuntos Sociales, Marisa Zamora, para reivindicar algunas cosas. «Pedimos un servicio digno para las familias», señala Carmen, «así como personal cualificado que nos respete, no hay que olvidar que estamos hablando de niñas no son simplemente papeles», añade.

También hubo sitio para los que no tenían familia. Los 58 menores subsaharianos que atravesaron el Atlántico en patera y que, por ahora, viven en el centro de Lomo Jurgón, compartieron un día familiar. Disfrutaron de los juegos malabaresy los distintos talleres allí organizados. A pesar de que su historia no tiene de protagonistas a unos padres que fueron a buscarles, se mostraban felices por estar en Canarias y agradecían el trato de sus monitores. Ayer, jugaron como lo que son, niños.
Historias desde Mauritania


Diarra Seydou lleva dos meses en Gran Canaria. Partió en cayuco desde Nuadibú y aún le cuesta mucho hablar del duro trayecto a través del océano Atlántico. «Estuvimos tres días sin comer», narra, «pero valió la pena porque soy muy feliz aquí».


Su monitor explica que Diarra es uno de los más afortunados porque tuvo la oportunidad de estudiar en su país de origen y, al menos, sabe escribir y las cuatro reglas. Con 17 años su aventura comienza en Canarias.

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