Terror neonazi: las similitudes entre Brenton Tarrant y Anders Breivik

El autor del atentado en las mezquitas de Christchurch afirma que recibió la bendición del terrorista que masacró 77 personas en Oslo y la isla de Utøya

La Vanguardia, GINA TOSAS, , 20-03-2019

Un objetivo político común –acabar con la inmigración musulmana–, la publicación de un manifiesto supremacista, el anhelo de la fama y haber segado la vida de decenas de personas. Son las similitudes que comparten, a grandes trazos, el autor de la masacre de 50 personas en las mezquitas de Christchurch, Brenton Tarrant, y el terrorista de Oslo y la Isla de Utøya, Anders Breivik, que mató a 77 personas e hirió a otras 300 en 2011.

Pese a estar cumpliendo una sentencia de 21 años de cárcel en Noruega, el fanático ultraderechista noruego continúa haciendo daño. Breivik, que hizo estallar una furgoneta bomba frente a la oficina del primer ministro noruego y luego se trasladó a la isla del oeste de la capital para perpetrar con armas de fuego una matanza en el campamento de las juventudes laboristas, sirvió de inspiración al exentrenador físico australiano que el viernes sembró el pánico en Nueva Zelanda.

Tarrant dice que recibió la bendición de los Caballeros Templarios Resucitados, de la que Breivik dijo ser comandante

Según sostiene Tarrant en el manifiesto que escribió para justificar su matanza, recibió la bendición de los Caballeros Templarios Resucitados, la llamada orden del caballero del tempo secreto que se opone a la inmigración de la que Breivik dijo ser comandante, y estableció contacto con el noruego, quien apoyó su acción. La afirmación, no obstante, ha sido puesta en duda por el abogado de Breivik, al considerarla “poco probable”, porque su cliente “tiene contactos muy limitados con el mundo circundante”.

Más allá de si Breivik y Tarrant se comunicaron o no existe una evidente conexión entre ambos. He aquí algunos de los elementos que comparten los dos terroristas supremacistas blancos más mortíferos de la historia reciente:

74 y 1.500 páginas
Un manifiesto al alcance de todos

Ambos terroristas publicaron un manifiesto en el que explicaban sus motivaciones neonazis. Como el propio Breivik reconoció en su momento, los actos que perpetró debían servir de plataforma publicitaria para el lanzamiento de su escrito de 1.500 páginas, que publicó poco antes del atentado. Y así fue. El texto sigue colgado en la red y es ampliamente leído por sus seguidores. En los foros online de extrema derecha, la expresión “ir a lo Breivik” significa asumir un compromiso total con una causa, según expone en un artículo para The New York Times Asne Seierstad, autora del libro Uno de nosotros: la historia de Anders Breivik y la masacre en Noruega.

Tarrant hizo un texto más reducido, de 74 páginas, que colgó en las redes sociales también poco antes de vaciar los cargadores de sus armas contra los feligreses de las mezquitas de Christchurch, un acto que el supremacista describe en sus páginas como un atentado terrorista islamófobo.

Brenton Tarrant retransmitió la matanza a una de las mezquitas del atentado que perpetró el viernes 15 de febrero
Brenton Tarrant retransmitió la matanza a una de las mezquitas del atentado que perpetró el viernes 15 de febrero (AP)

Ambos planearon retransmitir sus actos en internet: Breivik a través de Youtube y Tarrant por Facebook Live, aunque el primero fracaso en esa cuestión.

Acabar con la inmigración musulmana
Objetivo político común

Del mismo modo que Breivik atacó al Gobierno nacional y las juventudes laboristas por considerar que el Partido del Trabajo era responsable de la islamización de Noruega, Tarrant llevó a cabo su atentado como venganza contra los que llama “invasores de Europa”. Según escribe el terrorista australiano, el ataque se acabó fraguando en su visita a Francia en 2017 donde vio cómo los “franceses europeos” habían sido “reemplazados” por “no blancos”. De ahí el título de su manifiesto: “El gran reemplazo” – una referencia a una tesis del escritor francés Renaud Camus sobre la desaparición de “pueblos europeos”.

Anders Breivik vestido con traje de asalto

Anders Breivik vestido con traje de asalto (FB)

Así, su principal objetivo era el mismo: poner fin a la inmigración musulmana. Mientras el joven australiano de 28 años quiere “deportar a los invasores que viven en nuestra tierra”, Breivik propuso la conversión de todos los musulmanes al cristianismo y a los que se negaran, deportarles o ejecutarles.

Ambos, además, apenas centraban su discurso en sus países de origen sino que enmarcaban sus inquietudes en Europa y Estados Unidos: para Tarrant, Australia y Nueva Zelanda están habitadas por antiguos europeos.

Ansia de fama
Juicio como altavoz

A juzgar por sus escritos, tanto uno como el otro comparten una patología narcisista. Ambos escribieron que estaban dispuestos a sacrificarse por una causa mayor. Es muy posible que el australiano siga los pasos de su referente también en lo que acontece el juicio y convierta el proceso en altavoz de su ideología. En su primera audiencia ante el juez, Tarrant hizo un gesto con las manos propio de los grupos de supremacía blanca emulando los habituales saludos nazi que ostentó el noruego durante sus audiencias. “Sospecho que no evitará la publicidad y que esta será la manera como afrontará el juicio. El trabajo del juez consistirá en tratar de evitarlo”, señaló su abogado, a quien el acusado de asesinato renunció porque planea defenderse solo.

Anders Breivik declaró en el juicio que durante la matanza en Utøya dijo: ‘Tenéis que morir, tenéis que morir todos’

Anders Breivik declaró en el juicio que durante la matanza en Utøya dijo: ‘Tenéis que morir, tenéis que morir todos’ (AP)

El precedente de Breivik avala el temor del letrado. El noruego aprovechó su declaración ante el tribunal de Oslo para reafirmar sus teoría neonazis mientras daba muestras de su altivez, egocentrismo y sinrazón. Dijo no sentirse responsable de la matanza porque en ocasiones es necesario “cometer una barbarie para frenar otra aún mayor” y se autodefinió como “el monstruo más grande desde la Segunda Guerra Mundial”.

Precisamente para quitarle la notoriedad que anhela, la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, aseguró el martes que jamás mencionará el nombre del terrorista australiano –”es un terrorista, un criminal, un extremista– y pidió que, en cambio, se hablara de sus víctimas.

Pérdida del padre
Vida privada

Si bien Breivik nació en Oslo de una madre enfermera y un padre diplomático y Tarrant creció en una zona rural de Australia en una familia de clase trabajadora con bajos ingresos, ambos comparten el hecho de haber perdido la relación con su padre. El noruego cortó cualquier tipo de contacto con su progenitor, de quien su madre se separó cuando éste solo tenía un año, en 1995. El padre del australiano murió de cáncer en 2010. Ambos tienen una madre y una hermana.

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