Un solar de la Mediterráneo se convierte en nuevo lugar de 'botelleo' y venta de drogas

Los vecinos denuncian que «no pueden vivir» los fines de semana Bolsas, cristales y el hedor de la orina invaden la calle Aguamarina

La Verdad, 16-05-2006

Ahora es la calle Aguamarina y sus alrededores, junto al campo de fútbol y el colegio San Antonio Abad. Hace unos meses fue la calle Amatista, también en la Urbanización Mediterráneo. El caso es que los vecinos de la zona no ganan para sobresaltos. «Parece que es imposible descansar aquí», denuncia Juan García, que reside a unos pocos metros de la zona que se ha convertido en centro de reunión de jóvenes cada fin de semana. Allí beben y se drogan. Además se venden pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes.

García culpa a nutridos grupos de inmigrantes (en su mayoría, ecuatorianos), que llegan desde todo el municipio el sábado a mediodía. «Llegan y juegan al fútbol en el campo de San Antonio Abad – cuenta García – . El problema es que después se quedan toda la noche al lado del campo bebiendo y lo dejan todo lleno de porquería. Forman mucho ruido y lo dejan todo muy sucio», afirma.

Este periódico pudo comprobar ayer (unas horas después de que se fueran los jóvenes) que, pese a que los operarios municipales habían limpiado la zona, había un fuerte hedor a orines en la zona.

Los vecinos están muy molestos porque sus calles reciben los fines de semana a éstos grupos de jóvenes, que han elegido el lugar como centro de botelleo. Se quejan de que la Policía no patrulla por la zona y que los servicios municipales de limpieza no elimina la suciedad que los jóvenes dejan. Ayer, aún permanecían en el amplio solar contiguo al campo de fútbol de la Gimnástica Abad envases de cristal, bolsas y cartones de vino.

Más control

Los afectados aseguran que la directiva de la asociación de vecinos conoce «perfectamente el problema», pero «nos responden que es un asunto que debe solucionar la policía, y no ellos». Pedro Sánchez añade que «los del 092 deben dejarse de prácticas y de tener este barrio como centro de pruebas y ponerse a vigilar de una vez porque la policía nunca está controlando cuando debe».

El edil del PSOE, Juan Luis Martínez Madrid, opina de forma similar. «Estas quejas vienen desde hace tiempo y el concejal [Pedro] Martínez Stutz sólo dedica al barrio policías en prácticas en horas de mañana y en días laborables. No es lógico porque los vecinos piden más vigilancia por la noche y en fines de semana», comenta.

Por su parte, el presidente de la asociación vecinal del barrio, Sebastián García, comparte las denuncias de los que viven junto al colegio y el campo de fútbol. «Allí no se puede vivir. No pueden descansar y, por eso, yo le envié hace unas semanas una carta al jefe de la policía local con el fin de que tomaran medidas urgentes. Si [Antonio García Ruiz] quiere lo soluciona en un momento, pero tiene que mojarse más», subraya Sebastián García.

Se da la circunstancia de que un reciente estudio demostró que ocho de cada diez jóvenes de la Urbanización Mediterráneo admitía que les resultaba muy sencillo comprar alcohol y droga. Además, el 90% de los adolescentes de la zona norte de Cartagena relacionaban directamente hacer botelleo con ir de marcha. Opinaban que es imposible divertirse sin beber alcohol.

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