JUAN VICENTE BOO. CORRESPONSAL

ROMA. Benedicto XVI pidió ayer que los países de mayoría islámica «respeten la identidad religiosa» de los cristianos. El Santo Padre invitó a avanzar en el diálogo interreligioso pero manteniendo el importantísimo «principio de reciprocidad» en el trato a la religión minoritaria. En su audiencia a los miembros del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, Benedicto XVI reiteró que la Iglesia católica considera «el diálogo interreligioso como parte de su compromiso al servicio de la humanidad». Pero no se trata tan sólo de escuchar sino de «un estilo de diálogo abierto, que no renuncia a presentar a los interlocutores la propuesta cristiana en coherencia con la propia identidad».

Frente a la inmigración, el Papa recordó que «los creyentes están llamados a abrir sus brazos y su corazón a cada persona, con independencia del país de procedencia, dejando a las autoridades responsables de la vida pública que establezcan las leyes oportunas para una sana convivencia».

Al tiempo que invitaba a los países cristianos a la acogida, el Papa reiteró que «el principio de reciprocidad es de gran importancia», por lo que los países de origen de los inmigrantes deben ofrecer la misma bienvenida a los cristianos que allí se establezcan. Además de varios países del Golfo, la falta de libertad es especialmente grave en China, donde el Gobierno organizó la toma de posesión de la diócesis de Mingdong a cargo de un obispo ordenado en el año 2000 sin autorización del Papa. Ningún obispo, ni siquiera de la Iglesia «patriótica» asistió al acto, y las autoridades lograron, mediante amenazas, la presencia de sólo 500 fieles de una diócesis que suma ochenta mil.