Tiroteo. En la localidad de Christchurch

40 muertos en un sangriento atentado contra musulmanes en Nueva Zelanda

La primera ministra calificó el ataque de "extrema ideología y extrema violencia" y señaló que no tiene "precedentes"

El Mundo, Javier Espinosa, 15-03-2019

Al menos dos tiradores han abierto fuego en dos mezquitas en el centro de la ciudad neozelandesa de Christchurch.

Uno de los tiroteos fue retransmitido en directo a través de las redes sociales por el asaltante, que aparece con ropa militar dentro del centro de culto disparando a bocajarro a varias personas con un arma automática de la que cambió el cargador al menos dos veces.

Cuatro personas, tres hombres y una mujer, se encuentran bajo custodia de la policía, tal y como ha confirmado Mike Bush, jefe de la policía neozelandesa. “No nos consta que haya más implicadas pero no podemos asumir que no haya más”.

El jefe de la Policía señaló que los detenidos son tres hombres y una mujer, a los que encontraron artefactos explosivos en sus vehículos, y alertó sobre la posibilidad de que el incidente no esté limitado a la ciudad. “Esto habla de la seriedad de lo ocurrido”.

La policía ha confirmado que al menos 40 personas han muerto.

La última masacre de un pistolero en Nueva Zelanda se remota al 13 de noviembre de 1990. Un medio local definió la tragedia como “algunas de las 23 horas más largas en la historia” de un país que, al contrario de escenarios como EEUU, nunca se ha significado por los sucesos de este tipo.

El estremecedor recuerdo de la matanza de la pequeña población de Aramoana, en la que 13 personas fueron abatidas por un residente local, reapareció este viernes de forma devastadora en esa nación cuando varios individuos atacaron dos mezquitas de la ciudad Christchurch y se dedicaron a asesinar de forma meticulosa a muchos de los feligreses congregados en esos recintos para asistir al rezo de los viernes, el más significado de esta religión.

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha confirmado que al menos 40 personas han muerto y 20 han resultado heridas. “Esta claro que esto sólo se puede describir como un ataque terrorista (…) Por lo que sabemos parece que estaba bien planeado”, indicó.

La primera ministra calificó el ataque de “extrema ideología y extrema violencia” y señaló que no tiene “precedentes” en Nueva Zelanda, un país que describió como diverso y abierto. Por su parte, el primer ministro australiano, Scott Morrison, aseguró los ataques son obra de un “terrorista extremista de derecha, violento”.

Según testimonios recogidos por esos mismos medios, uno de los personajes vestido de negro y equipado con casco, gafas y chaqueta militar entró en la mezquita Al Nur en torno a las 13:40, hora local, con un arma automática y comenzó a disparar contra los presentes.

Uno de los supervivientes citado por la emisora local TVNZ explicó que el tiroteo se inició justo cuando el clérigo que dirigía la plegaria empezó su sermón.

“Comenzó en la sala principal. Yo estaba en la sala lateral, así que no vi quién disparaba, pero vi como las personas comenzaban a correr hacia mi habitación. Algunas tenían sangre en el cuerpo y otras cojeaban. Me di cuenta de que la cosa era muy seria. Yo también intenté salir por la parte trasera. Desde allí escuché el tiroteo. Se prolongó durante otros 6 minutos o más. Se oían gritos y llantos. Vi como algunas personas caían muertas y otras huían”, explicó.

El mismo testigo volvió a entrar en la mezquita de Al Nur buscando a su esposa, cuya suerte desconoce, y dentro encontró decenas de cuerpos sobre el suelo.

“Algunas estaban muertas, otras gritaban. Vi cientos de proyectiles en el suelo”, añadió.

Otra persona presente en el lugar declaró a la misma televisión que los disparos se extendieron durante casi 20 minutos y que parecía como si el asesino se hubiera movido de habitación en habitación buscando víctimas.

Las redes sociales locales difundieron un supuesto comunicado del homicida cuyo contenido parece vincularlo al fundamentalismo supremacista blanco que ya ha inspirado otros atentados de este tipo, basados en su odio hacia el Islam y los inmigrantes de esa religión.

El manifestó de 74 páginas que colgó en una página web explica que buscaba “venganza” contra los que definió como “invasores”.

El texto aclara que la masacre pretende “reducir directamente el número de inmigrantes hacia territorios europeos (el autor parece ignorar que Nueva Zelanda se encuentra en Oceanía) por medio de la intimidación y la remoción física de los invasores”.

El atacante llegó a anunciar la retransmisión en vivo de la matanza, que grabó con una cámara colocada sobre el casco.

La emisión de 17 minutos recoge espeluznantes imágenes de su atroz arremetida, del homicidios de los civiles indefensos, y de cómo incluso abandona el templo para cambiar de arma y regresa con otra para continuar disparando.

“No tenía tiempo de apuntar, había tantos objetivos”, se le escucha decir en una ocasión.

El siniestro personaje dijo ser un australiano de 28 años devoto de la ultraderecha más extrema. Nada más conocerse su acción, páginas como Breitbart, una plataforma xenófoba que apoyó de forma decidida la candidatura de Donald Trump en las elecciones de 2016, se llenaron de comentarios alabando el múltiple homicidio.

Las fuerzas de seguridad informaron que habían detenido a cuatro personas, tres hombres y una mujer, vinculadas al atentado.

Los agentes descubrieron varios explosivos a bordo de un vehículo que se había estrellado no lejos de Al Nur, que se supone fue utilizado por uno de los atacantes. Los uniformados aclararon que el segundo incidentes se produjo en la mezquita del suburbio de Linwood.

Durante horas, la policía decretó el bloqueo absoluto de la urbe pidiendo a sus residentes que permanecieran encerrados en sus casas.

“No abran las puertas hasta que volvamos a informarles. La policía cree que puede haber más transgresores”, señalaron en un tuit de su cuenta oficial.

El jefe de la policía Mike Bush pidió públicamente que no se acuda a los templos musulmanes “bajo ninguna circunstancia”, quizás temiendo que esta acción forme parte de un plan más ambicioso.

La primera ministra del país, Jacinda Ardenr, reconoció que algunas de las víctimas podrían ser inmigrantes y refugiados que se habían beneficiado del asilo concedido por esta nación oceánica.

Arden admitió que es una de las jornadas “más negras” de la historia local y aseguró que este tipo de personajes “no tienen sitio” en Nueva Zelanda.
La primera ministra neozelandesa.

“Ha ocurrido en un lugar donde la gente debería haber estado expresando libremente su libertad religiosa, donde deberían haber encontrado en un entorno seguro, y eso no ha ocurrido. No hay sitio en Nueva Zelanda para un acto tan extremo de violencia. Los que han sido el objetivo de este ataque (tiene que saber) que Nueva Zelanda es su casa. Los que han perpetrado este violento ataque no tienen lugar en Nueva Zelanda”, indicó la primera ministra con el rostro adusto en una comparecencia ante la prensa.

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