En Badalona ya nadie lo oculta. Hasta el ayuntamiento reconoce que ya no controla la situación creada en el barrio del Gorg por la okupación de decenas de casas que había expropiado el municipio para hacer la segunda fase del proyecto del puerto.
El gobierno local ha tomado medidas de fuerza, como el aumento de la presión policial o el corte de suministros básicos, para tratar de echar a las familias que se han adueñado del barrio, mientras espera una resolución judicial que autorice el desalojo. La oposición ha exigido un pleno extraordinario sobre el problema, mientras los vecinos se movilizan contra “la degradación” del barrio.

LLEGADA MASIVA
Lo que hace unos meses comenzó como una anécdota se ha convertido en una fuente de malestar para los habitantes de este barrio, hasta ahora tranquilo: la instalación masiva de okupas y familias sin recursos, la mayoría de ellas de etnia gitana, procedentes de toda España. El ayuntamiento tiene contabilizado a medio centenar de familias, pero los vecinos aseguran que hay unas 160 casas ocupadas y otras tantas caravanas que acampan en las calles ubicadas entre el Palau Olímpic y el puerto deportivo de Badalona.
Esa zona está pendiente de urbanización con un proyecto que incluye la construcción de un canal de agua entre el puerto y el pabellón del Joventut. “Las familias expropiadas comenzaron a marcharse en agosto del año pasado, y no fue hasta octubre o noviembre cuando comenzaron a llegar los okupas”, asegura el portavoz de los vecinos, Joan López. Con este dato, los vecinos niegan la versión municipal que asegura que los squatters se instalaron apenas concluido el proceso de expropiación. “Es mentira, porque durante varias semanas los expropiados siguieron volviendo a sus casas a recoger cosas”, afirma López.

INGENUIDAD
“Quizás pecamos de ingenuos y debería haberse actuado con más contundencia al principio, activando los derribos de las casas y aumentando la vigilancia”, reconoce el concejal de Urbanismo, Francesc López Guardiola. “No pensábamos que el problema iba a adquirir la magnitud a la que ha llegado”, añade.
Las alarmas saltaron en Semana Santa, cuando el flujo de recién llegados se hizo insosteniblepara los vecinos, al tiempo que comenzaron a menudear los robos en viviendas, comercios y fábricas de la zona.
El Gorg, además, se ha convertido en un vertedero ilegal. “Marina de Badalona la empresa pública que gestiona el proyecto de construcción del puerto y la reforma del Gorg debe asumir la limpieza de los solares, pero hasta ahora no lo ha hecho y los vecinos tienen toda la razón al quejarse”, manifesta Àlex Mañas, concejal de ICV, integrado con el PSC y ERC en el gobierno municipal.
Su colega republicano Mateu Chalmeta agrega: “No vale la pena mirar atrás buscando responsabilidades, sino encontrar soluciones a esta situación”.

PLENO EXTRAORDINARIO
No opina lo mismo la oposición. CiU lleva meses denunciando la situación y su presidente, Ferran Falcó, reprocha al gobierno local “que haya comenzado a actuar después de las movilizaciones vecinales”. Falcó, incluso, asegura que el ayuntamiento empadronó a familias en los pisos ocupados.
El presidente local del PP, Xavier García Albiol, asegura que la situación demuestra “una vez más la apatía del gobierno badalonés”. Éste tiene ahora dos semanas para convocar, forzado por la oposición, un pleno extraordinario sobre el caso.