El Gobierno reconoció ayer las dificultades que tiene para controlar la llegada de inmigrantes subsaharianos a tierras canarias, derivada de la intensa vigilancia a la que ha sometido la anterior puerta de entrada a Europa: el estrecho de Gibraltar. La solución “es compleja”, en palabras de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y “exige poner en marcha múltiples medidas” que, hoy, no están teniendo los resultados esperados.
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La vicepresidenta pidió tiempo, alegando que los resultados se vislumbrarán en breve, fruto del “trabajo intenso”. Pero el Gobierno canario tiene prisa e insta soluciones.
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Ayer mismo, más de cien inmigrantes tuvieron que ser remolcados a las costas canarias a bordo de dos cayucos (embarcaciones con capacidad para cien personas) que fueron interceptados a escasas millas del sur de Tenerife. Durante el fin de semana fueron un millar los sin papeles atendidos en Canarias, la mayor oleada de sin papeles en lo que va de año.
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Estos hechos y la denuncia de Canarias de que el Gobierno central no está haciendo todo lo que debe en esta materia están detrás del anuncio del Ejecutivo de que reforzará los sistemas de vigilancia. Así lo acordaron ayer la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y los titulares de Trabajo e Interior, Jesús Caldera y Alfredo Pérez Rubalcaba, en una reunión de urgencia en la Moncloa.
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Las nuevas medidas suponen desde un refuerzo de los dispositivos navales y aéreos hasta la contratación de un satélite para conocer la ruta de las mafias que trafican con inmigrantes, pasando por una ofensiva diplomática con dos frentes: alcanzar acuerdos con los gobiernos africanos de vigilancia y repatriación y lograr una cooperación de la UE que ahora es casi inexistente. En tal sentido, la vicepresidenta recordó que la inmigración ilegal “no es un problema de España, sino de la UE”, y abogó por “avanzar más rápido” en la adopción de medidas en el marco de las instituciones europeas y en el incremento de las ayudas.
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Entre las acciones adoptadas ayer, la vicepresidenta anunció que el Ministerio de Defensa está ultimando un dispositivo naval de vigilancia que podría estar operativo esta misma semana.
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Ayer mismo partió de aguas gallegas la patrullera Río Duero hacia las costas de Mauritania para luchar contra la inmigración ilegal y el comercio de seres humanos. Cuenta con 30 metros de eslora, ocho tripulantes y está dotada con dos radares de vigilancia nocturna. En su puesta en funcionamiento ha colaborado económicamente la Unión Europea.
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También se intensificarán las inspecciones aéreas en las fronteras, con el envío hoy de dos aviones de reconocimiento y otros dos Orion a Senegal. “El objetivo es tener más información y actuar reforzando la seguridad y el control de las aguas”, dijo De la Vega.
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En cuanto al satélite, se trata de utilizarlo para conocer mejor cuáles son las vías que utilizan las mafias y poder, así, adelantarse a ellas y prevenir nuevas entradas. Según De la Vega, esto permitirá acceder a información al momento sobre los movimientos de flujos migratorios y actuar con rapidez de forma “preventiva y disuasoria”. En relación con estas mafias, el Gobierno informó ayer de que no se descarta que los cayucos llegados en los últimos días los remolquen barcos nodriza.
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Por otra parte, la llegada de más sin papeles ayer puede calificarse de normal tras un intenso fin de semana. La llegada constante de inmigrantes convierte las cifras anuales en alarmantes. En tan sólo cuatro meses y medio han arribado a Canarias 6.435 inmigrantes (y 160 cayucos, incluidos los de ayer), lo que representa cerca de 1.600 más que en todo 2005, cuando llegaron a las islas 4.751 personas de forma irregular. En los primeros quince días de mayo han arribado a las costas 1.789 irregulares, lo que hace prever que este mes se sobrepasarán todos los límites. Hasta la fecha, marzo ha sido el mes de mayor recepción de pateras en Canarias, al contabilizarse la llegada de 2.128 personas.
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Tenerife se ha convertido este año en el destino de los cayucos, algo excepcional hasta la fecha, cuando la práctica totalidad de las embarcaciones llegaba a Fuerteventura. La intensificación de los controles ha modificado la ruta de las pateras, que ya no salen de Marruecos y la zona del Aaiún – a 100 kilómetros de Fuerteventura – , sino de Mauritania o Senegal con destino a las islas occidentales. Tenerife se ha convertido ahora en destino estratégico para las mafias. Los datos lo avalan: en lo que llevamos de año, 3.592 inmigrantes han llegado a Tenerife frente a los 1.804 de Gran Canaria, los 698 de Fuerteventura, los 232 de La Gomera, los 77 de El Hierro y los 32 de Lanzarote.
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Los inmigrantes han vuelto a llenar los centros de internamiento del archipiélago y se ha reabierto el cuartel provisional que se habilitó hace unos dos meses en Las Raíces (Tenerife).
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