Las barcas de subsaharianos abren una nueva ruta desde el norte de Senegal

La policía española cree que las lanchas zarpan ahora de San Luis y repostan frente a Nuadibú

El País, 16-05-2006

Las barcas cargadas de subsaharianos que llegan estos días a las islas Canarias occidentales zarpan desde San Luis, ciudad situada al norte de Senegal, justo en la desembocadura del río que da nombre al país. Luego navegan hasta alcanzar la localidad mauritana de Nuadibú, situada 600 kilómetros al norte. Allí llenan sus bidones de combustible e inician la segunda parte de su viaje: 600 kilómetros más, que separan esa ciudad de la isla de Tenerife. Ésta es la conclusión que ha alcanzado la policía española a partir de las declaraciones de los inmigrantes y de las pistas que han dejado sobre su periplo.

Hace sólo dos meses, los inmigrantes subsaharianos que pretendían alcanzar las costas de Canarias embarcaban en Nuadibú, ciudad situada al norte de Mauritania, muy cerca de la frontera con el Sáhara Occidental. Pero las gestiones del Gobierno español ante las autoridades de Nuakchot provocaron un aumento de la vigilancia policial en los puertos del país magrebí. Las redadas de la Gendarmería se saldaron con la detención de cientos de personas que intentaban salir clandestinamente del país.

Pero la acción de las fuerzas de seguridad hubo de limitarse a los puertos, debido a su escasez de medios para controlar las aguas territoriales. En este momento, Mauritania sólo dispone de un buque de guerra, dos patrulleras de pesca, seis lanchas neumáticas y dos cayucos para vigilar más 600 kilómetros de costa atlántica, a los cuales hay que añadir otros 600 kilómetros de frontera fluvial con Senegal.

El aumento del control en los puertos de Nuadibú y Nuakchot ha desplazado a los inmigrantes hacia el sur, en concreto hasta los alrededores de la ciudad senegalesa de San Luis. Desde allí zarpan ahora piraguas o cayucos considerablemente más grandes que los que llegaban a Canarias hace sólo dos meses. La longitud de las embarcaciones ha pasado de 12 o 18 metros a 20 o 22. El número de pasajeros ha aumentado en proporción hasta superar el centenar.

Tenerife es el objetivo de las lanchas. Desde San Luis hasta la capital de las Canarias occidentales hay 1.200 kilómetros en línea recta, exactamente el doble que desde Nuadibú. Sin embargo, los cayucos continúan llegando al archipiélago con la misma cantidad de combustible que empleaban hace sólo dos meses para la travesía desde la ciudad mauritana: 780 litros de gasolina, repartidos en 13 bidones de 60 litros cada uno. Las fuerzas de seguridad españolas deducen que ello es debido a que los inmigrantes aprovechan el débil control de las aguas mauritanas para repostar a en el mar, frente a Nuadibú, con la ayuda de pescadores locales. Éstos también les suministrarían el agua y los alimentos necesarios para el segundo tramo de su travesía.

El cambio de ruta de las embarcaciones se ha notado precisamente en Nuadibú, en donde hace ya dos semanas que no se producen detenciones de inmigrantes. El director de la Media Luna Roja en la localidad, M. Ahmedú, declaró por teléfono a este periódico que “los últimos 15 días han sido de tranquilidad absoluta”. El centro de acogida que una sección del Ejército español construyó con urgencia la última semana de marzo a las afueras de la ciudad permanece vacío, según la misma fuente.

Si el punto de embarque de los inmigrantes ha variado, no lo ha hecho la procedencia de éstos. El 60% de los subsaharianos que han llegado los últimos días a Canarias proceden de Senegal, y el 40% restante, de Malí. Los originarios de ambos países forman, por ese orden, las dos mayores colonias de subsaharianos en España.

No obstante, es previsible que, si el flujo de barcazas hacia Canarias no se detiene, las nacionalidades de sus ocupantes vayan multiplicándose progresivamente. Al igual que Mauritania, Senegal mantiene acuerdos de libre circulación con 16 países de la zona, de forma que los ciudadanos de los Estados signatarios pueden franquear sus fronteras presentando solamente su documento nacional de identidad. La mayor proximidad del nuevo puerto de embarque puede alentar sus ambiciones de emigrar a Europa.

San Luis, el lugar desde el que zarpan ahora los cayucos, es una antigua ciudad colonial francesa que ejerce una atracción creciente sobre los turistas europeos. No son, sin embargo, el turismo ni la pesca sus principales fuentes de ingresos. Al igual que el resto del país, la precaria economía de la ciudad se mantiene gracias a las remesas de divisas que envían los emigrados.

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