El ministro de Asuntos Exteriores bangladesí, A.K. Abdul Momen, advirtió este domingo de que una prolongación de la crisis rohinyá puede causar reductos de “radicalismo” que traerían inestabilidad no solo a Bangladesh, donde viven 738.000 huidos de Birmania (Myanmar) desde agosto de 2017, si no a toda la región.

“Mi miedo es que si este problema persiste por más tiempo puede incentivar la creación de reductos de radicalismo y eso puede crear problemas de incertidumbre e inestabilidad no sólo para Birmania y Bangladesh si no para la región entera”, afirmó el ministro durante la conferencia “Bangladesh y los derechos humanos” en Dacca.

Por ello, insistió en que los miembros de esta minoría musulmana deben regresar a sus casas “cuanto antes mejor” y agregó que la comunidad internacional debe resolver la crisis “de raíz”, en el estado birmano de Rakáin, y no en Bangladesh.

Exrepresentante permanente de Bangladesh ante la ONU y titular de Exteriores desde la entrada del nuevo Gobierno el pasado enero, Momen afirmó que si la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina, no hubiese dado cobijo a los rohinyás, Rakáin habría acogido “el peor genocidio desde la II Guerra Mundial”.

“Al permitir a la gente perseguida de Rakáin en Birmania, nuestra primera ministra Sheikh Hasina ha salvado la cara de los líderes mundiales de la ignominia y la deshonra”, concluyó.

Las declaraciones se producen en vísperas de la presentación por parte de Naciones Unidas de su plan de respuesta conjunta para 2019, con el que espera recaudar unos 920 millones de dólares para continuar cubriendo las necesidades básicas de los refugiados rohinyás.