Madrid

Arruinado por los manteros: "Se han hecho los dueños de la calle"

El top manta causa pérdidas de 157 milones de euros. Un empresario denuncia que desde que llegó Carmena los manteros campan a sus anchas. Asegura que la imagen del pobrecito es falsa y que "ganan 150 euros al día"

El Mundo, Ana del Barrio, 11-02-2019

Detrás de los 157 millones de euros de pérdidas en ventas que causa el top manta al año en Madrid, se esconden las tragedias cotidianas de los comerciantes que ven cómo su negocio languidece, que comprueban que no pueden contratar a más trabajadores y que sufren que el producto por el que ellos cotizan una gran cantidad de impuestos se vende justo al lado sin pagar ni un solo euro al fisco.

Ésta es la historia de Kiko, un comerciante de los de toda la vida, que ahora está al borde de la ruina: “Estoy sufriendo una debacle. Ya no me conceden ni una línea de crédito más. Nos hemos endeudado por el negocio y nos comemos el patrimonio de 20 años. A mí me está costando la salud”.

Empezó a los 14 años trabajando en la carnicería de su padre y, poco a poco, fue montando un pequeño negocio. De la carnicería dio el salto a las tiendas de souvenirs y, ahora, él junto con otros 14 socios, tiene 35 establecimientos repartidos por toda España. Llaveros made in Spain, imanes, abanicos, gorros, mantones de manila y todo tipo de recuerdos para los turistas. Era un comercio boyante hasta que, un buen día, decidió diversificar las ventas y especializarse en las camisetas de fútbol. Y, ahí, empezó su calvario.

Desde hace tres años, los manteros se colocan justo enfrente de su tienda en la calle Preciados para vender camisetas falsificadas, cuando él tiene las oficiales en su comercio. “Durante el Mundial de Fútbol del pasado verano, la gente compraba las camisetas en la calle a 20 euros y aquí no entraba ni Cristo”, se lamenta indignado.

Además, lejos de solucionarse, el problema va en aumento. Según su testimonio, desde que la alcaldesa, Manuela Carmena, llegó al poder, los manteros campan a sus anchas sin que la Policía Municipal haga nada por impedirlo.

“Esto es jauja. Se han hecho los dueños de la calle y, como si fuese la toma de La Bastilla, han tomado la Puerta del Sol y la Plaza Mayor. Se han multiplicado por cuatro. Su cliente favorito es el turista nacional o extranjero. Cuando pasa un coche de la Policía, ni se mueven. Esto con el anterior equipo de gobierno no pasaba”, protesta. De hecho, sus empleados han llamado ya tantas veces a la Policía, que los agentes se quejaron y les pidieron que dejasen de telefonear.

150 euros al día

Kiko, casado y con tres hijos, no quiere dar su nombre completo ni sus apellidos por temor a las represalias. No es la primera ni la segunda vez que recibe amenazas de los manteros. Ha tenido varios enfrentamientos verbales con ellos y le han intentado coaccionar cuando ha sacado alguna foto para enviársela a la Policía.

Como están situados enfrente de su tienda, Kiko ha dedicado mucho tiempo a observar su modus operandi: cuánto venden y cómo lo hacen. Y, lo primero que quiere transmitir, es que hay que acabar con el ‘buenismo’ hacia los manteros, ya que la imagen del necesitado que no tiene para comer es falsa.

¿Cómo puede generar simpatía una actividad que es ilegal de cabo a rabo?

“El mantero es un pobrecito hasta cierto punto. La gente se piensa que ganan cinco euros, cuando un mantero ingresa una media de 150 euros al día. En una jornada buena de verano se puede sacar 400 euros. Si te acostumbras a ganar esas cantidades, se produce un efecto llamada y, al día siguiente, vienes con más material y avisas a tus compatriotas de que aquí hay negocio”.

El informe sobre la venta ambulante ilegal en la ciudad, encargado por la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), da una idea de las cifras que mueve el negocio. Según la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, el comercio ilegal provoca unas pérdidas de 31.412 millones de euros al año, lo que en empleos se traduce en 396.639 puestos perdidos en Europa.

En España, la reducción de ventas por el efecto de la venta ambulante ilegal es de 4.630 millones de euros, con la correspondiente pérdida de 53.203 puestos de trabajo. Y, si nos remitimos a Madrid, las pérdidas son de 157 millones de euros, 25 millones de euros menos en recaudación del IVA y del IRPF y 1.046 empleos perdidos.

Porque lo que está claro es que el mantero es el último eslabón de una cadena con un mecanismo perfectamente engrasado. Kiko lo conoce bien y sabe de sobra que, en el momento en el que se anunciaron los partidos de semifinales de la Copa del Rey, la mafia se puso a trabajar para abastecer de productos del Madrid-Barça: “Ahora mismo ya están preparando las camisetas, las bufandas con los escudos de los equipos… Cuando se jugó el partido del Boca Junior contra el River Plate en Madrid, de una semana para otra ya vendían camisetas y bufandas de los equipos argentinos. Yo no puedo competir con ellos porque tengo que encargar el material con meses de antelación”.

“Se aprovechan del buenismo de Carmena”

La diferencia de precio es otro factor que juega a favor del top manta. Las camisetas oficiales valen 90 euros frente a las falsificadas que se consiguen por 20, aunque ese precio se puede regatear. Pero, ¿cómo es posible que una camiseta de fútbol cueste casi 100 euros?

“Tenemos que pagar una enorme cantidad de dinero a la marca, que a su vez paga un dineral a los clubes de fútbol. ¿Tú sabes cuánto pagó Adidas al Real Madrid por su camiseta? Un total de 1.100 millones de euros para los próximos 10 años. Con las camisetas se pagan también los fichajes de jugadores, el estadio… El merchandising representa el 40% de los ingresos del Real Madrid”, responde Kiko.

Tampoco es fácil de creer que unos manteros vayan a arruinar a un comerciante que cuenta con 35 tiendas. Pero él nos rebate este argumento con sus cifras: cada mantero vende una media de ocho o 10 camisetas diarias. En Madrid hay unos 400 manteros, de los que un 25% vende camisetas. Por tanto, si 100 manteros venden 10 camisetas al día, son 1.000 camisetas en total, lo que supone 365.000 camisetas que se venden al año en la ciudad sin pagar impuestos ni a la marca ni al club.

Desde la Asociación Nacional de Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) sostienen que los manteros se están aprovechando del ‘buenismo’ de Carmena. “La alcaldesa está preocupada por esta gente. Ellos lo están utilizando y ahora hay más vendedores ambulantes, a más horas y con más productos. La Policía Local tiene la orden de pastorear y no se atreve a perseguirles porque si hay una espantada se crea un problema de seguridad. No son pobrecitos que están en la calle desnutridos. Son físicamente mucho más fuertes que nosotros y las formas que tienen son agresivas”, critica Eduardo Zamácola, presidente de Acotex.

En otros países también hay venta ambulante, pero no en la calle principal del comercio

Como Kiko, son muchos los empresarios que lamentan que los manteros estén situados en las calles más comerciales y turísticas de Madrid. “Yo he viajado por muchos países y esto no lo he visto en ningún sitio. En otros lugares hay venta ambulante, pero no en la calle principal del comercio. Si vas a Milán, no te vas a encontrar con manteros en la plaza del Duomo o en Nueva York, en la Quinta Avenida”, se queja Ignacio Lario, propietario de la tienda de ropa de señora El Danubio Azul con 78 años de historia, ubicada también en Preciados.

Lario tiene la suerte de que los manteros no venden sus mismos productos, pero lamenta la imagen que se da de la ciudad: “No son ni uno ni dos ni tres. De repente, aparecen 40 con el saco a la espalda. Es un ejército que conoce perfectamente los movimientos de la Policía y cuándo le toca hacer la ronda. No están a todas horas. Su presencia es continua, pero intermitente. Los clientes nos preguntan que cómo se puede permitir esto. Desde luego, no es la imagen que queremos dar”, comenta.

Ante al argumento de que de los manteros tienen que vivir de algo, este empresario se indigna: “En esta sociedad nos hemos dado unas reglas que están para cumplirse. El top manta incumple todas las leyes existentes en el comercio. ¿Dónde compran la mercancía? ¿Tienen una factura? ¿Generan IVA? ¿Están contratados? ¿Cotizan a la Seguridad Social? ¿Cómo puede generar simpatía una actividad que es ilegal de cabo a rabo?”. Para, a continuación, añadir: “El mensaje que lanzamos entonces es: ’Mira, si no encuentras trabajo, es mejor que te dediques a practicar una actividad ilegal”, razona Lario, que también es vicepresidente de Acotex.

Kiko está a punto de tirar la toalla. Confiesa que era mucho más feliz cuando trabajaba de carnicero y libraba los fines de semana. No sabe cuánto tiempo podrá aguantar. Ha puesto como aval su patrimonio para reflotar la empresa. Se siente impotente al ver cómo a él le miran con lupa y tiene inspecciones de todos sus productos y de los precios, mientras que a ellos nadie les fiscaliza ni les requisa el material.

“Tenemos una presión fiscal tremenda y hemos pedido préstamos para pagar impuestos. No estamos en igualdad de condiciones. Somos una empresa familiar con un corazón así de grande. Hacemos labor social y tenemos una ONG en Perú. Aquí trabajan 24 miembros de mi familia. Yo voy a tener que dejar el deporte y dedicarme a otro sector. Hay días en los que pierdo 75.000 euros. Me están quitando el pan de mis hijos. Ya no nos queda más que el pataleo”, declara.

Y critica la mala imagen que tienen los emprendedores en España: “En este país no se premia a los empresarios. Sólo se les ponen zancadillas. Ser empresario en España no está bien visto, pero nosotros somos mineros, no terratenientes. Los pobrecillos no son los manteros sino nosotros”.

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