Zaporeak calienta los fogones de la nueva cocina en Lesbos

La ONG guipuzcoana empezará a ofrecer el lunes comidas a 1.100 mujeres y niños refugiados en Moria

Diario Vasco, , 08-02-2019

El campamento de Moria, ubicado en la isla griega de Lesbos, quintuplica su capacidad. Las tiendas de campaña que se montaron para acoger a 2.000 refugiados tienen hacinadas a 10.000 personas, y muchas de ellas van a cumplir su cuarto año malviviendo en un espacio cada vez más degradado e inseguro, y menos saludable.

Las tormentas de otoño hicieron que la vida allí fuera aún más deplorable, y el frío del invierno no está ayudando en exceso, con temperaturas mínimas que no suben de los cinco grados cada vez que cae la noche. Pero a pesar de todo, muchos de los habitantes de esa ciudad fantasma, donde solo se ven lonas blancas entre el barro, están tremendamente agradecidos a la solidaridad guipuzcoana. «Muchos te abrazan y lo que te transmiten es impresionante. Es muy bonito verles con la ropa que logramos recoger y que ha pasado por nuestras manos», se congratula Peio García Amiano, impulsor del proyecto Zaporeak, quien dice recibir de esos gestos «la fuerza necesaria para seguir».
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El equipo guipuzcoano considera todo un logro poder continuar con su proyecto de proporcionar una alimentación «en condiciones» y que ayude a «dignificar la vida de los refugiados». Son de las pocas pequeñas ONG que después de varios años tienen la capacidad además del respaldo social para poder continuar. «Zaporeak resiste porque el pueblo vasco somos como somos, de otra manera sería imposible».

Fijaron su nuevo objetivo en Moria, aunque no descartan actuar próximamente en otros campos como el de Samos, donde la alimentación que proporciona el ejército es también «incomible». «La traen de un catering de Atenas y después de los repartos ves que está casi todo en los cubos de basura porque eso no hay quien se lo coma».

Es ante estas circunstancias cuando su reto coge fuerza. Desde hace meses trabajan en una nueva cocina más adecuada a las necesidades que surgen. Este próximo lunes empezará a funcionar a pleno rendimiento a cinco minutos a pie de Moria y permitirá alimentar adecuadamente a 1.100 refugiados, 600 de ellos niños y 500 mujeres. En ello ha trabajado los últimos meses un equipo compuesto por ocho personas, aunque la próxima semana llegará otro grupo de cinco navarros.

Por ahora, las tareas se han centrado en hacer las pruebas de los menús que, «como siempre», los formarán potajes, verduras y pollo, «que es lo que más les gusta». Ayer llegó el primer tráiler cargado con 32 palés, cuyo contenido empezaron a ordenar en las nuevas instalaciones. «Ahora contamos con una zona para cocinar, un espacio amplio para el almacén, y otra sala para emplatar», relata García Amiano.

Desde la isla griega desvela que el siguiente paso que dará Zaporeak en Lesbos será empezar a actuar dentro del campo, concretamente con los colectivos de mujeres embarazadas y familias vulnerables, que se encuentran aisladas del resto de los refugiados. Una tarea muy compleja por las exigencias burocráticas, pero que han podido llevar a cabo gracias a haberse inscrito como ONG griega. «Ya tenemos todo el papeleo hecho así que pronto empezaremos a dar comidas dentro de Moria», se felicita.

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