El Espacio del Inmigrante, reconocido por su defensa de los derechos humanos

Desde el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña (IDHC) destacaron que este tipo de entidades “son más necesarias que nunca”

La Vanguardia, ABRIL PHILLIPS, , 17-01-2019

El Instituto de Derechos Humanos de Cataluña (IDHC) ha otorgado el Premio Solidaritat 2018 al Espacio de Inmigrantes , una asociación que trabaja hace más de cinco años a favor de los derechos humanos de los inmigrantes, según se ha informado en un comunicado de prensa el pasado martes.

El IDHC ha afirmado que esta iniciativa ha sido destacada entre otras 24 candidaturas de organizaciones y activistas de derechos humanos, “por la labor imprescindible que realiza este espacio con el objetivo de reclamar y hacer efectivos los derechos de las personas migrantes, y denunciar la vulneración de esos derechos”. Asimismo, indica que esta labor cobra especial relevancia en un contexto donde esta “población está siendo criminalizada desde diferentes instancias políticas y sociales”.

En este sentido, David Bondia, presidente del IDHC, sostuvo que “debido a su situación de especial vulnerabilidad, requieren de una garantía específica de sus derechos para poder revertir las circunstancias estructurales que les dificultan tener una vida digna de ser vivida. Frente a discursos y políticas que cuestionan esta realidad, entidades como el Espacio del Inmigrante son más necesarias que nunca”.

Un reconocimiento para los “invisibles”

Ulises, portavoz del Espacio de Inmigrantes, explica a La Vanguardia lo que significó recibir este premio para el colectivo: “Nos sorprendió que se hayan fijado en el trabajo invisible que realizamos hace muchos años, sobre todo teniendo en cuenta que nunca hemos tenido un vínculo directo con las instituciones, nunca pedimos ni recibimos ninguna asignación. Es un reconocimiento a esas personas que a veces no se las incluye como parte de esta sociedad”. Además, entiende que esta mención puede significar una oportunidad para que cada vez sean más quienes conozcan su trabajo y poder seguir creciendo.

Tanto la creación como el crecimiento del Espacio de Inmigrantes se explica por lazos de solidaridad barriales. Nació en el año 2013, en el corazón del barrio del Raval, como respuesta a un decreto que clausuraba el derecho a la atención sanitaria pública de la población inmigrante. A partir de la iniciativa de una médica, se conformó de manera espontánea un espacio para la atención médica de aquellas personas que la necesitaran. Desde su inicio, este espacio siempre se sostuvo a través del trabajo voluntario y solidario.

Lazos de solidaridad

El espacio creció rápidamente, con la incorporación de nuevas manos profesionales que también querían atender las vulnerabilidades que atravesaban a estas personas, que no estaban siendo incluidas por los servicios de Seguridad Social. Entonces, se sumaron más médicos, psicólogos e incluso abogados, para proveer atención emocional y asesoría legal.

Además, fueron trazando alianzas con otros colectivos y organizaciones migrantes, “no para sustituirlos ni hablar con ellos, sino para potenciarlos”, explica Ulises. Así, por ejemplo, el contacto con el colectivo de manteros dio lugar a la creación del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, “para denunciar la violencia institucional y persecución que atraviesa a esa población”. Asimismo, recientemente acompañaron en la creación de la Asociación ExMena de jóvenes extutelados, un espacio para defender sus derechos, del que “ellos mismos son constructores y portavoces”.

El migrante como sujeto político

Con el tiempo, el espacio fue agregando nuevos objetivos. Además de la asesoría legal, médica y psicológica, incorporó la intención de dar voz y protagonismo a esta población, para dar visibilidad a sus demandas. Es decir, no sólo reparar aquellas ausencias de la asistencia estatal, sino también cuestionarlas y demandar la garantía de sus derechos.

Su trabajo también busca derribar aquellos prejuicios que criminalizan y estigmatizan a la población migrante, para mostrar imágenes que permitan revelar la riqueza que puede aportar a la sociedad. “El espacio busca denunciar el racismo institucional y social en todas sus formas de violencia, y construir otro relato más verdadero sobre los migrantes, poner en evidencia los aportes sociales, culturales, humanos que tiene la migración en la sociedad”, dice Ulises, portavoz del Espacio de Inmigrantes.

Es a partir de ese “contrarrelato”, que se busca “construir al migrante como sujeto político y no como objeto de políticas públicas”. Para ello, han puesto en marcha diversos proyectos de sensibilización y denuncia, como el “Safari Raval” un contra tour para mostrar la cara humana del barrio, la “Escuelita Antirracista” un proyecto de sensibilización en escuelas, o el proyecto “Mujeres, Artes y Rebeldía”, con mujeres migrantes.

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