Crisis política en EEUU

Trump y el muro: propaganda y conflicto

Una de sus grandes promesas electorales se ha convertido en su principal dolor de cabeza

El Periodico, , 10-01-2019

¿Cómo interpretar la cerrazón de Trump con el muro entre Estados Unidos y México? Solo hay una respuesta y es la de que a pesar del fiasco político que representa su administración permanece inalterada su capacidad de agitador y propagandista.

Una capacidad propagandística que Trump la canaliza a través un discurso nacionalista y xenófobo que se ha centrado en la criminalización de los inmigrantes –con el eslogan de “America first” – y que ha tenido su concreción en las políticas de deportación de latinos sin papeles y en la construcción del famoso muro en la frontera con México. Pero el tema del muro, que fue una de las grandes promesas de su campaña, también se ha convertido en uno de los grandes dolores de cabeza de su gobierno.

Lo que está ocurriendo con el muro es un botón de muestra del desempeño político de la administración del 45º presidente de Estados Unidos. Veamos. Para empezar ni la política de deportaciones ni la construcción del muro son ninguna novedad. Obama deportó casi tres millones de inmigrantes (la mitad de ellos sin antecedentes penales) y a la llegada de Trump ya se habían construido más de 1.050 kilómetros de muro. Por lo tanto, su política no significa ningún cambio, si un apretón de acelerador y un incremento de la exposición mediática de unas medidas preexistentes.

Para continuar cabe señalar que el decreto migratorio de Trump (del 25 de enero de 2017) que amplió el número potencial de personas “no nacionales” que podían ser detenidas por la policía y expulsadas rápidamente del país solo ha generado marginalidad, absentismo laboral e insalubridad en los estados colindantes con México cuyas economías necesitan de la mano de obra inmigrante. Esto ha sido así porque el miedo de los inmigrantes “sin papeles” a ser expulsados ha supuesto que estos hayan empezado a desescolarizar y a sacar del sistema sanitario a sus hijos, y que muchas veces hayan dejado su empleo, pero no han vuelto a sus países de origen.

Pero estas medidas tampoco han disuadido a muchas personas en su empeño de llegar a Estados Unidos. Sin embargo, sí que han supuesto un incremento de la peligrosidad de este cometido. A día de hoy, quienes quieren cruzar la frontera deben buscar pasos más remotos y arriesgados, y pagar más a las mafias que controlan el paso ilegal de personas. A la vez, el discurso de Trump ha dado carta blanca – por no decir total impunidad – a los paramilitares que “cazan” inmigrantes en la zona fronteriza.

A todo lo expuesto debe sumarse la disputa entre el Congreso y el presidente por la negativa de los legisladores a la petición de este último de 5.000 millones de dólares para continuar construyendo el muro. Este conflicto político ha provocado un grave bloqueo institucional, a la par que ha supuesto el cierre parcial de la administración, que a día de hoy ya lleva 21 días inactiva.

De todo lo expuesto puede afirmarse que el “tema del muro” es una síntesis del desempeño político de Trump hasta la fecha y cuyo balance es bastante demoledor: mucho ruido propagandístico y pocas nueces.

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