A principios de esta semana, el mundo entero se solidarizaba con la joven saudí de 18 años Rahaf Mohammed Al-Qunun que, tras escapar de su familia desde Kuwait temiendo por su vida tras haber rechazado en Islam, fue detenida en Bangkok en su intento de llegar a Australia y pedir asilo. Tras atrincherarse en una habitación de hotel en el aeropuerto y abrir una cuenta en Twitter, la intervención de la ACNUR y la presión en las redes sociales lograron detener una deportación que podría haber tenido consecuencias fatales. Ahora la joven espera viajar a un tercer país como refugiada. Pero hay otro caso similar que ha pasado más inadvertido para la prensa internacional, el del futbolista bareiní refugiado en Australia Hakeem Al Araib.

La FIFA ha vuelto a pedir que se resuelva de forma humana y rápida el caso del jugador, reconocido como refugiado por el gobierno australiano y que actualmente se encuentra detenido en una prisión en Tailandia, donde fue condenado por un delito penal. El jugador nacional se encuentra a la espera de los resultados de los procedimientos de extradición de Baréin para volver a Australia, el país de acogida donde vive, trabaja y juega profesionalmente al fútbol.

La FIFA ha pedido a todas las autoridades relevantes de Tailandia, Australia y Baréin que tomen las medidas necesarias para garantizar el regreso de Hakeem Al Araib a Australia de manera segura y así poder continuar con su carrera deportiva.

El pasado noviembre la policía tailandesa detuvo al futbolista bareiní a su llegada a Bangkok a pesar de residir como refugiado en Australia y la justicia ha iniciado un proceso de extradición.

Hakeem, que juega en el equipo regional australiano de fútbol Pascole Vale, llegó el 27 de noviembre a Bangkok procedente de Melbourne junto a su esposa para pasar su luna de miel cuando fue retenido en el aeropuerto.

Las autoridades australianas otorgaron en 2017 el estatus de refugiado y un visado intemporal al futbolista, que fue miembro del equipo nacional de Baréin y que había llegado al país oceánico en 2014 huyendo después de que le condenasen en rebeldía a diez años de prisión por daños en una comisaría que el achaca a motivos políticos.

El jugador ha sido una voz crítica contra el presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, Sheikh Salman Bin Ebrahim Al Khalifa, primo del rey de Bahrein. Sheikh Salman es vicepresidente de la Comisión Disciplinaria FIFA y se postuló para presidente del organismo en 2016, perdiendo ante el actual presidente Gianni Infantino.

Durante la campaña, algunos grupos de derechos humanos criticaron duramente a Sheikh Salman, al que acusaron de haber participado en la investigación y enjuiciamiento de atletas activos en las protestas por la democracia en Bahrein en 2011, algo que él negó.

Hoy jueves está previsto que la ministra de Asuntos Exteriores australiana, Marise Payne, llegue a Tailandia de visita oficial para tratar diversos asuntos, incluida la detención del refugiado .Payne dijo en un comunicado que pedirá la liberación de Al-Araibi

Tailandia no es signataria de la Convención de los Refugiados de la ONU de 1951 y ha sido criticada por enviar a refugiados y solicitantes de asilo a países donde se enfrentan a persecución e incluso a tortura.