Los refugiados se abrigan con ropa vasca

Trece camiones, siete desde Gipuzkoa, han partido hacia Grecia y a campamentos de Calais y Siria

Diario Vasco, ANA VOZMEDIANOSAN SEBASTIÁN., 28-12-2018

La entrega de ropa, calzado y prendas de abrigo para los refugiados de Grecia superó todas las previsiones de Zaporeak aquel 17 de diciembre en el que los 35 puntos de recogida repartidos por el País Vasco y Navarra se saturaban de bolsones, maletas y carros de compra de quienes querían colaborar y ‘vestir el invierno’ de esa Europa inhóspita que se encuentran quienes consiguen llegar hasta ella.

Ayer salió del almacén que Zaporeak tiene en el polígono 27 de Martutene el último tráiler, el que hacía el número trece, de una campaña que jamás pensó que superaría los tres camiones. El éxito de la recogida fue tal que fue necesario pedir dinero para financiar los envíos. Se recaudaron 74.087 euros «y ni las instituciones ni la ciudadanía nos han fallado».
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Hay un aspecto todavía más positivo que cuentan desde Zaporeak. «En un principio iban a ser las asociaciones Attika de Lesbos y FEOX de Chios quienes iban a recibir toda la ropa, pero vista la gran cantidad recogida, esas dos asociaciones no tenían la capacidad de absorber tal volumen de prendas ni de almacenarla. Por eso hemos trabajado a destajo en busca de nuevas asociaciones y destinos para la ropa. La hemos enviado a los campamentos de Calais en Francia y a Siria. Las prendas infantiles o las de abrigo, no solo han llegado a Grecia, sino que la colaboración de la gente ha conseguido que sea mayor la cantidad de personas refugiadas que conseguirán vestir su frío invierno».

La labor y la colaboración de los voluntarios ha sido fundamental porque ha sido necesario seleccionar y clasificar la ropa, que estaba limpia tal y como exigía la organización. «En los pueblos y ciudades el trabajo de los voluntarios fue indispensable, sin la ayuda de ellos habría sido imposible realizar la campaña. Sirva como ejemplo que en el almacén principal de Donostia el trabajo que se esperaba hacer en una semana se hizo en tan solo tres días gracias a la gran cantidad de voluntarios que acudieron a echar una mano».

Con lo recaudado se ha podido hacer frente al envío de los 13 camiones de ropa. Cada uno de ellos ha tenido un coste de entre 4.000 y 6.000 euros, dependiendo de si el transporte iba por tierra o por mar. Además, tras pagar los tráileres, Zaporeak ha podido hacer frente a otros gastos de la campaña como carteles, material, cajas o palés. «Queremos mencionar, que varias de las cajas han sido donadas por el Banco de Alimentos y dos empresas de Eibar y Bilbao. Gracias a la ayuda de la ciudadanía la campaña ‘Viste el invierno’ no ha tenido ningún sobrecoste para Zaporeak. La gente y las asociaciones han sido las artífices de la campaña, tanto donando ropa como donando un dinero que también necesitábamos».

La nueva cocina
Aunque esta vez Zaporeak se lanzó a la recogida de ropa, sobre todo tras ver lo vacío que estaba el almacén griego y el duro invierno que se avecinaba, la entidad sigue empeñada en dar de comer a los refugiados, su primer objetivo cuando desembarcaron en Chios con sus cacerolas y sus menús. Ahora, la cocina se ha ubicado en Lesbos y va cogiendo forma a marchas forzadas.

Ha sido un mes decisivo para el proyecto de Lesbos. Una vez alquilado el local dónde se instalarán los fogones, un grupo de voluntarios que fue expresamente a Lesbos a finales de noviembre, estuvo realizando los trabajos necesarios para acondicionar el local y realizar las obras necesarias. «Para el montaje han sido muy importantes las aportaciones de Lacor y Sammis, que siempre están dispuestos a ayudar».

La cocina ya está lista, se han realizado los trabajos necesarios y ahora solo queda superar las inspecciones pertinentes para conseguir los permisos y para poder empezar a cocinar. Junto a ello, se trabaja junto a las autoridades de Lesbos para organizar cómo y a quién repartir la comida y también se está trabajando en los programas de voluntariado. Porque las manos de muchos guipuzcoanos han sido esenciales para ayudar en esas cocinas donde se ha llegado a dar de comer a más de mil personas.

Por último, ayer también se habló de lo que era el proyecto inicial de Zaporeak en Wukro (Etiopía), ya encaminado a ser una realidad. La semana pasada se cargó el contenedor con la última parte del material que faltaba por enviar, contenedor que se encuentra dirección Wukro. Una vez allí, se procederá al montaje de la Escuela de Hostelería y Gastronomía, el sueño de este colectivo surgido en Intxaurrondo.

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