Angustia y tensión, el día a día para los equipos de Salvamento Marítimo

La Vanguardia, efe. Pablo Marinetto., 12-12-2018

La llegada de inmigrantes a las costas españolas se ha acrecentado este verano pero es continua durante el resto del año, un drama al que se enfrentan los equipos de Salvamento Marítimo para los que los momentos de angustia y tensión forman parte de su rutina diaria.

A menudo, cuando los efectivos llegan hasta donde se encuentran las pateras cuya arribada a través del Mediterráneo se ha triplicado con respecto al 2017 ya están hundidas o a punto de hacerlo, y es cuando el trabajo exige mantener la mente fría y aprovechar el tiempo al máximo para evitar pérdidas humanas.

Cuando los inmigrantes ven aparecer los barcos de rescate instintivamente se ponen en pie, lo que provoca la inestabilidad de la embarcación y que muchos de ellos caigan al agua, según ha explicado a Efe el patrón de la Salvamar Alnitak, Alejandro Rubio.

Este servicio de emergencias que depende del Ministerio de Fomento celebra hoy su 25 aniversario y por este motivo se han organizado jornadas de puertas abiertas en algunas de sus embarcaciones atracadas en puertos españoles para conocer sus unidades.

La mayoría de los inmigrantes “no saben nadar y algunos llevan unos chalequillos que apenas les mantienen a flote”, ha explicado Rubio, que entró a formar parte de Salvamento Marítimo hace un cuarto de siglo y ha pasado a bordo de los barcos de rescate más de 22 años.

Aunque el ámbito de actuación de la entidad es muy amplio y tratan de prestar servicio ante cualquier emergencia marítima, la inmigración ocupa de manera “indiscutible” el tiempo de quienes trabajan a bordo de los helicópteros, los aviones y la flota pesquera de la que dispone Salvamento.

Según Alejandro Rubio, el equipo de la Salvamar Alnitak “ha rescatado a muchísima gente” a lo largo de sus once años de servicio en el mar, aunque ha reconocido que actualmente la llegada es “masiva” y requiere de un gran trabajo en equipo porque con frecuencia no basta con una sola embarcación.

“Antes rescatábamos pateras de 35 personas, después pasaron a sesenta personas y ahora son tantas en el mar que cuando salimos no rescatamos solo a una, sino a varias”, ha lamentado.

En el’Alnitak trabajan en torno a ocho personas, entre patrón, marineros y mecánicos, y aunque las situaciones de estrés a las que se enfrentan son habituales, no terminan de habituarse.

El mar de Alborán es una de las zonas más afectadas por el drama migratorio y es precisamente el área de trabajo principal de esta embarcación que, según ha detallado su patrón, “es de las que más millas navega de España” del total de barcos de los que dispone Salvamento.

Para Rubio, la potencia y velocidad de los embarcaciones es crucial porque “que un barco ande diez nudos más supone mucho tiempo en la mar” y mayor margen de actuación.

Se enfrentan a “momentos muy tensos y servicios muy cansados”, ha señalado Rubio, quien ha considerado el instante en el que ve a los niños y al resto de tripulantes hundirse e intentarse agarrar a cualquier cosa como la peor parte de la labor que realizan.

La satisfacción del trabajo bien hecho y el evitar perdidas humanas es la recompensa para quienes día a día trabajan en esta sociedad que desde su fundación ya ha auxiliado en España a más de 350.000 personas en situaciones de peligro.

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