El frío mata a tres refugiados afganos en la frontera entre Turquía y Grecia

Los fallecidos lograron entrar en territorio de la UE pero la policía los devolvió al país vecino donde no aguantaron las bajas temperaturas

El Periodico, , 05-12-2018

Tres refugiados de nacionalidad afgana fueron encontrados muertos este martes en la frontera que comparten Turquía y Grecia, marcada por el rio Evros. Todo apunta a que las bajas temperaturas acabaron con sus vidas. Esta vía de paso a la UE ha sido muy utilizada ultimamente para esquivar las rutas de las islas griegas, vigiladas por las guardias costeras de ambos países. Este año han entrado en la UE por este camino hasta 14.000 personas, entre ellas ciudadanos turcos que huían de las represalias de su gobierno tras golpe de Estado del 2016.

Cruzar el río Evros es una tarea de alto riesgo. Aún así, hay gente que lo consigue. Según ha explicado un refugiado que iba con el grupo de los tres fallecidos, todos lograron pasar al otro lado y, una vez en territorio griego, fueron a buscar ayuda puerta pero nadie les echó una mano.

«Alguien debió llamar a la policía, porque en seguida los agentes vinieron y nos atraparon. Primero nos llevaron a comisaría y después de vuelta al río, donde había dos barcos esperándonos. Nos pusieron dentro y nos mandaron de vuelta», ha dicho Jamalvddin Malangi, también afgano y amigo de uno de los fallecidos a la agencia de noticias estatal turca, Anadolu.

Un vez devueltos al otro lado del río, tres de los refugiados que habían hecho la travesía murieron de frío. Los cadávares, recuperados en distintos tramos del lado turco del Evros, están siendo examinados por la policía forense turca.

Aunque la ruta de las islas se ha complicado y mucho para los refugiados por el pacto entre Grecia, la Unión Europea y Turquía del 2016, la de la isla de Lesbos sigue siendo una de las más transitadas. Según las estimaciones llegan unas 100 personas al día. En Lesbos está situado el infame campo de refugiados de Moria. En sus instalaciones, que tienen una capacidad para 2.000 personas, hay unas 6.000.

En total, en lo que llevamos del 2018, 41.000 personas han entrado a territorio comunitario a través de Grecia; España la supera por 12.000 personas. Sin embargo, los números están muy lejos de los de 2015, cuando en solo un verano entró un millón de refugiados a la UE por la ruta del Mediterráneo este y los Balcanes.

Pero aunque los números hayan caído, los problemas persisten. Este año, 2.100 personas han muerto cruzando el mar, tanto en dirección a Grecia como a España, Italia, Malta y Chipre. Y muchos, una vez llegados a territorio europeo, se encuentran con otras dificultades: hacinamientos en campos, esperas interminables, poca ayuda de un gobierno, el griego, que naufraga de crisis en crisis, y una UE que está ocupada y preocupada por otros temas: la distribución y recolocación a terceros países está estancada y solo funciona en cuentagotas, en casos extremos.

Estos problemas no son los únicos: en noviembre, un grupo de refugiados apareció desnudo y con signos de violencia en el lado turco del rio Evros. Allí fueron acogidos por habitantes de la zona, que explicaron, más tarde a la prensa, que estos refugiados acababan de ser devueltos de Grecia. «Todos tenían marcas y cicatrices en sus espaldas. Nos contaron que la policía griega les había pegado antes de obligarles a volver a Turquía», dijo entonces Zeki Ates, alcalde del pueblo de Kiremitçi Salih.

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