Unos 30.000 inmigrantes viven de forma ilegal en Barcelona, según el Consistorio

ABC, 06-05-2006


ANNA CABEZA

BARCELONA. Unos 30.000 inmigrantes viven en Barcelona en situación irregular, sin contar a los ciudadanos no comunitarios que están empadronados pero que carecen de los permisos de residencia necesarios, según el Ayuntamiento de la capital catalana. Barcelona contaba en enero con 260.058 extranjeros empadronados, lo que supone el 16 por ciento de la población barcelonesa. El empadronamiento permite que los inmigrantes, con o sin papeles, puedan acceder a la sanidad pública y a la educación.

Actualmente, el Consistorio barcelonés, en cumplimiento de la legislación, está trabajando para renovar el padrón de los extranjeros extracomunitarios que no disponen de permiso de residencia permanente. En el proceso, que afecta a 116.000 empadronados, se dará de baja a quiénes no renueven los papeles, que, de momento, son 30.000 personas.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, valoró ayer positivamente las últimas cifras sobre inmigración en la ciudad, ya que confirman la ralentización y estabilización de la llegada de extranjeros, que llegó a ser un «boom» entre 2001 y 2003 – años en que los inmigrantes anuales que venían a Barcelona se doblaron – . Además, el alcalde aseguró que el aumento de los empadronamientos supone «el paso de la economía sumergida a la economía clara».

La mitad, sudamericanos

El Ayuntamiento también ha constatado en las últimas cifras el cambio de la procedencia de los extranjeros. «En 2001, los inmigrantes eran sobre todo magrebíes, mientras que ahora el 50 por ciento de ellos – 31.423 personas – son sudamericanos», apuntó Clos, que aseguró que en 2003 los latinos no superaban el 30 por ciento de los extranjeros. Además, los ecuatorianos suponen el 12,1 por ciento de los extranjeros de Barcelona, seguidos de los peruanos y los marroquíes, con el 6 por ciento cada uno.

La cifra de latinoamericanos podría ser mayor de tener en cuenta el colectivo ítalo – argentino que, por los convenios con Italia, tienen nacionalidad comunitaria. En todo caso, Clos considera que la «explosión» de sudamericanos a Barcelona se debe a la crisis económica de esa zona y a la necesidad de aspirar a un futuro mejor que al de sus tierras de origen. Respecto a otros colectivos, Barcelona destaca por recibir inmigración procedente de Pakistán, China e India, aunque pierden peso en el colectivo inmigrante.

Por otro lado, Clos destacó el aumento de la fertilidad y la ralentización del proceso de envejecimiento de la ciudad. El inmigrante que acude a Barcelona es joven y aspira a encontrar trabajo, sobre todo en el sector de la construcción y servicios. «Son personas preparadas y tienen un nivel de universitarios superior al de los autóctonos» añadió el alcalde.

En 5 años, nacionalidad y voto

Ante la mayor presencia del inmigrante joven y con esperanzas de futuro en Barcelona, el alcalde abogó por fijar en cinco años el plazo para que los recién llegados puedan conseguir la nacionalidad española y tengan derecho a voto. Clos, que cree que la situación actual es «excluyente», defendió los cinco años porque «se trata de una cuestión de dignidad».

Para el Consistorio, la principal problemática de este nuevo fenómeno social es la sobreocupación de determinadas zonas, que podrían segregar la ciudad. El equipo municipal, sin embargo, rechaza hablar de colectivos conflictivos, «como lo fue en 2000 un pequeño grupo de argelinos», detalló Clos. «Estamos trabajando para que, en quince años y con nuevas generaciones, no hayan problemas. Por eso apostamos por el urbanismo de mezcla y diversidad», especificó el alcalde. En todo caso, Clos espera a ver si los inmigrantes se quedarán en Barcelona o retornarán a sus orígenes cuando tengan otro ciclo económico.

Respecto a las solicitudes de reagrupamiento familiar en Barcelona, el perfil del demandante es el de un inmigrante en situación irregular y que dispone de vivienda, contrato de trabajo e ingresos suficientes para asegurar el mantenimiento de sus familiares. Así, los ecuatorianos, peruanos, colombianos, chinos y dominicanos son los que piden más peticiones de este tipo. Casi en la mitad de las ocasiones, el reencuentro afecta a hijos y en un 15 por ciento el permiso se exige para padres o el cónyuge.

Según los datos municipales, el Eixample es el distrito que presenta más inmigrantes – 44. 366 personas, ubicadas sobre todo en Sant Antoni y la zona de la Sagrada Familia – , mientras que el mayor incremento de población extranjera en el último año se encuentra en los distritos de Sants – Monjuïc y Sant Martí.

Ciutat Vella se mantiene como el segundo distrito más poblado de inmigrantes, ya que «actúa como puerta de entrada de los extranjeros y acoge a estudiantes que buscan la centralidad y modernidad», apuntó Clos. En cuanto a la proliferación de «pisos patera» en la ciudad, el alcalde avanzó que el Consistorio ha exigido a la Diputación que elabore una propuesta de ley para que los municipios dispongan de actuaciones para evitar esta situación.

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