Málaga, 6 nov (EFE).- Manu Brabo y Emilio Morenatti, dos de los fotoperiodistas españoles con más reconocimiento internacional, ponen rostro al drama de los conflictos bélicos y de las migraciones en la exposición “Fronteras”, que se inaugura hoy en Málaga con veinte imágenes de cada autor.

Brabo, ganador del Premio Pulitzer, ha resaltado hoy a Efe que una de las misiones del fotógrafo es explicar que los inmigrantes “no vienen de paso ni de vacaciones, vienen obligados salvando la propia vida”.

“No debemos quedarnos en la cúspide, hay que ir paso a paso hasta los orígenes para que la gente deje de sentirse amenazada, sienta cierta empatía y puede meterse en la piel de estas personas”, ha añadido.

De su labor en estos conflictos ha recibido “muchas enseñanzas personales”, pero, por encima de todas, que “muchas de estas personas que vienen jamás imaginaron que les pudiera pasar a ellos, y esto es aplicable a nosotros mismos, porque nadie está a salvo de que de pronto salte todo por los aires, como en Ucrania o en Siria”.

Por ello, es necesario “no confiarnos y cuidar la sociedad democrática y pacífica”, según Brabo, que, preguntado por si para concienciar es precisa la crudeza en estas imágenes, confiesa que es “partidario de dar una buena hostia de vez en cuando”.

Sin embargo, matiza que también es consciente de que “la crudeza y la brutalidad reiteradas de determinadas imágenes puede dificultar la llegada del mensaje que se quiere transmitir”, y por eso “en esa línea un poco difusa tienen que jugar los fotógrafos y editores”.

Por su parte, Emilio Morenatti, ganador del World Press Photo, ha apuntado a Efe que con sus imágenes ha querido “ponerle cara al inmigrante, ponerle esa fisonomía para que, cuando se habla de las personas que se juegan la vida en el Mediterráneo o por tierra, sepamos de quién estamos hablando”.

A Morenatti le interesa también “diferenciar la multitud de perfiles” de los inmigrantes, puesto que “los trabajadores de Bangladés que huyen de Libia no son los mismos que se montan en una patera para cruzar el Mediterráneo”.

El denominador común en todos es “el drama” y el hecho de que todas estas personas “huyen de algo, ya sea la miseria, el conflicto, la violencia o la desesperanza”, según Morenatti, que ha comprobado esa situación dramática a veces expresada “en padres que llevan a sus hijos encima, y algunos lo consiguen y otros no”.

“Recuerdo a un padre y su hijo que fueron rescatados después de que se hundiera su barco y perdieran a la madre y a otros dos hijos. Estaban en shock y, tres días después, al llegar a Italia, no salían de ese shock. Yo dudo que se pueda salir”, ha asegurado.

Cuando toma este tipo de imágenes pretende “que cada persona que se ponga delante se pare porque hay algo que le llama la atención, no es que le vaya a cambiar la vida, pero que tampoco caiga en la anestesia de ver más fotos de fronteras opina”.

“Ése es el reto como fotógrafo, darle una vuelta de tuerca a las imágenes para evitar caer en el estereotipo y captar la atención de alguien que está acostumbrado a ver esto, porque ya ha visto mucho, y que no salga indiferente después de ver las fotos”, ha añadido.

Considera que la historia ya ha demostrado “en España y en Europa” que esto puede ocurrir en cualquier lugar, y a su juicio “el drama consiste en que, a pesar de saber eso, se estimula más la protección de las fronteras, se piensa en hacer que esto no ocurra evitando que entren en nuestro territorio”.

La exposición “Fronteras”, organizada por la Fundación Unicaja y el Consejo Social de la Universidad de Málaga con la colaboración de la Fundación Tres Culturas, permanecerá instalada en la Sociedad Económica de Amigos del País de la capital malagueña hasta el próximo 6 de diciembre. EFE