El espinoso debate en EEUU sobre cómo controlar la inmigración ilegal fue objeto el mes pasado una insólita sugerencia del presidente de Colombia, Álvaro Uribe. “Dijo que consideraría implantar microchips en los cuerpos de los trabajadores colombianos antes de que entren temporalmente en EEUU para trabajar”, y así garantizar que volverán a su país, aseguró el senador republicano Arlen Specter, tras entrevistarse con el mandatario, a comienzos de abril, en Bogotá.
Specter viajó a Suramérica acompañado por otro republicano, el senador Jeff Sessions, y el 7 de abril explicó a Uribe “el problema de los trabajadores temporales de Colombia que emigran para trabajar en EEUU, pero luego no regresan cuando expira el contrato”, según el informe de su viaje que recoge el Congressional Record (registro oficial del funcionamiento y debates del Congreso estadounidense).

EN ANIMALES DOMÉSTICOS
Uribe se mostró muy sensible a las preocupaciones de los dos senadores y respondió con su curiosa propuesta, que no convenció a Specter. “Yo dudé de que la implantación de microchips fuera efectiva, ya que los trabajadores inmigrantes podrían ser capaces de quitárselos”, respondió, según el Congressional Record. Implantados bajo la piel, los microchips se emplean en EEUU para conocer permanentemente la localización de animales domésticos como los perros, pero no se usan ni siquiera con presos en libertad condicional, a quienes se localiza por medio de un brazalete electrónico.
Lo chocante de esta proposición forzó a la presidencia colombiana a negar tajantemente que Uribe la hubiera realizado. Según la prensa de Colombia, una fuente no identificada del palacio presidencial reconoció que la entrevista entre los senadores de EEUU y el mandatario colombiano se produjo, pero afirmó que Uribe se limitó a pedirles que “ayudaran a tramitar una ley amplia y favorable para los colombianos en situación ilegal en EEUU”. La misma fuente añadió que el presidente consideró posible que Washington se asegure de que los inmigrantes temporales vuelvan a sus países. “Eso es fácil para ustedes, porque deben tener tecnología para controlar esas cosas”, replicó a los senadores.

POSICIONES ENFRENTADAS
El Congreso de EEUU pugna desde hace meses con una difícil ley para regularizar la situación de casi 12 millones de inmigrantes sin papeles. Aunque la Casa Blanca desea que su tramitación finalice este mes, republicanos y demócratas mantienen posiciones muy alejadas. La Cámara de Representantes quiere convertir en delito la inmigración ilegal y construir un muro de 1.150 kilómetros en la frontera con México, mientras que en el Senado los demócratas intentan buscar una fórmula para integrarlos en la nación.