Beneficiados por las tensiones políticas de los otros y auspiciados por su mensaje ecologista y conciliador, el partido de Los Verdes fue ayer el vencedor moral de las elecciones bávaras al alzarse con el 17,7% de los votos. Una cifra que no solo es el mejor resultado de la historia en ese tradicionalista «Land» para la formación ecologista, sino que le convierte en el segundo partido y en el candidato preferente a ser el socio que precisa la Unión Socialcristiana (CSU), pese a las diferencias ideológicas que separan a ambos partidos.

Los primeros análisis de la prensa alemana circunscriben el éxito de esta formación al hecho de que muchos partidarios de la CSU se distanciaron de la política de refugiados «poco cristiana» defendida por los conservadores, pero sobre todo por la protección al medio ambiente defendida por el partido verde en una región donde las áreas rurales juegan un papel de suma importancia y muchos ciudadanos se sienten impotentes ante la especulación inmobiliaria. Dentro de dos semanas, la formación ecologista tendrá una nueva oportunidad para consolidar su avance en los comicios regionales de Hesse –el Estado de Fráncfort, la capital financiera del país–, donde son ya socios minoritarios en la coalición regional que lidera el partido de Merkel. Lo cierto es que los ecopacifiestas se consolidan paso a paso en el sur de Alemania, pues también dirige desde 2011 el rico «Land» de Baden Württemberg con la CDU como socio menor de la coalición.

Pero sin duda el mayor revés para el Parlamento bávaro fue la llegada de los populistas de Alternativa para Alemania (AfD). Aunque relegados a un cuarto lugar con el 10,2% de los votos, su repercusión será incuestionable a partir de ahora y, sobre todo, arroja un golpe moral al consolidar su presencia en la esfera política germana. «Es un muy buen resultado», comentó satisfecho Alexander Gauland, copresidente de AfD, en la cadena pública alemana, a pesar de que este resultado es inferior al 12,4% que obtuvo la agrupación en Baviera en las elecciones generales de septiembre de 2017.

«La gente cree que la CSU hace muy poco y por eso nos han votado», agregó. En la misma línea, otra de las líderes de la ultraderechista AfD aprovechó el resultado para reclamar al Gobierno de Berlín que «libere el camino para las elecciones anticipadas». «Los que votaron a AfD en Baviera dijeron también que se vaya Merkel», enfatizó Alice Weidel.

En el poder de la primera economía europea desde hace trece años, la posición de la canciller en su país se debilitó desde las legislativas federales del 24 de septiembre de 2017, en las que la AfD registró un ascenso fulgurante que obligó a reeditar otra Gran Coalición.