Hungría desobedecerá a la UE y seguirá castigando a quienes ayuden a entrar a los inmigrantes ilegales

«No retiraremos las leyes que defienden al país y a Europa», ha asegurado el secretario de Estado de Justicia, Pál Völner

ABC, EFE, 20-09-2018

El Gobierno de Hungría rechaza derogar una polémica ley que castiga a las personas y organizaciones que ayudan a los inmigrantes que entran en el país de forma ilegal, pese a las amenazas de sanciones de la UE, ha informado este miércoles el Ministerio de Justicia.

«Hungría no retira las leyes que defienden al país y a Europa», ha asegurado el secretario de Estado de Justicia, Pál Völner, según recoge la agencia de noticias oficial MTI.

El Gobierno conservador nacionalista de Hungría responde así oficialmente al procedimiento de infracción que le abrió en julio la Comisión Europea (CE) por esta ley, pues la considera contraria a los valores europeos y estima que vulnera el derecho comunitario.

El polémico paquete de leyes húngaro, aprobado en junio de este año, penaliza con hasta un año de prisión a quien ayude a una persona que haya entrado de forma ilegal en Hungría, siempre y cuando la vida de esa persona no esté en peligro. También castiga ayudar a los inmigrantes irregulares dentro de una franja de ocho kilómetros desde la frontera o por beneficio económico.

Además, prohíbe el asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría, a excepción de los europeos, mientras que declara que la composición de la población del país no puede ser modificada «mediante una voluntad externa».

Poco después de aprobar este paquete de leyes, la mayoría gubernamental en el Parlamento también aprobó una ley que impone un impuesto extraordinario del 25% a las ONG que «apoyan la inmigración ilegal».

El Gobierno del primer ministro nacionalista Viktor Orbán se opone a todos los proyectos europeos de acogida de la inmigración ya que opina que los refugiados, a quienes relaciona con el terrorismo, pondrían en peligro la cultura cristiana y europea. Según Völner, en su respuesta a la CE Hungría lamenta que «la Comisión siga siendo abiertamente partidaria de la inmigración, en lugar de funcionar como el guardián de las leyes».

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