Merkel aparta al jefe de la inteligencia alemana por sus vínculos con la ultraderecha

Maassen, quién acusó a la prensa de inventarse las agresiones racistas de Chemnitz, será ascendido a secretario de Estado del Ministerio del Interior

El Periodico, , 18-09-2018

Punto y seguido para el máximo responsable de los servicios de inteligencia domésticos alemanes, Hans – Georg Maassen. Tras convertirse en el centro de todas las críticas por sus polémicos comentarios sobre las protestas de Chemnitz, en los que negó las persecuciones de neonazis a ciudadanos extranjeros, el presidente de la Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV) ha sido destituido de su cargo este miércoles.

Sin embargo, Maassen seguirá formando parte del gobierno, pues a partir de ahora ocupará la secretaría de Estado del Ministerio del Interior, quedando así bajo el paraguas de su principal defensor en el ejecutivo, Horst Seehofer, un ascenso que ha indignado a la oposición. Este cambio de butaca ha sido consensuado por la cancillera alemana y presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Angela Merkel, la presidenta del Partido Socialdemócrata (SPD), Andrea Nahles y el propio Seehofer, presidente de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). Su sustituto aún no ha sido acordado.

Con esta decisión el ejecutivo alemán consigue apagar el fuego originado la semana pasada por el propio jefe de los servicios secretos, quien aseguró que no hubo “cacerías" de inmigrantes y acusó a los medios de comunicación de fabricar esa historia. “Hay buenas razones para pensar que este es un caso de desinformación deliberada para distraer la atención pública sobre el asesinato”, explicó en una entrevista al tabloide ‘Bild’, el diario más vendido del país.

Aunque posteriormente tuvo que retractarse, las palabras de Maassen y su falta de pruebas fueron vistas como una intromisión política inaceptable para gran parte del arco parlamentario alemán. Socialdemócratas, ecologistas, la Izquierda y los liberales pidieron su cabeza mientras que, según explicó el diario ‘Welt’, Merkel hizo saber a los suyos que también era partidaria de la destitución. Seehofer lo defendió.

Con un largo historial polémico a sus espaldas, la salida de tono de Maassen se entendió como una muestra de su “buena disposición” con el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), formación con la que ya se le había vinculado anteriormente. La sombra de la sospecha creció este agosto cuando un libro escrito por una antigua directiva de las juventudes xenófobas, Franziska Schreiber, destapaba que Maassen había dado consejos a la ex – líder de AfD, Frauke Petry, para que esquivase el control de la agencia que hasta hoy ha dirigido.

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