Andalucía ultima un protocolo de atención especial para mujeres embarazadas que lleguen en patera

La creciente feminización de la inmigración y el especial riesgo de estas personas llevan a Junta y ONG a elaborar un seguimiento específico y transversal desde que pisen tierra "Son víctimas de trata muchas de ellas y están amenazadas con matar a su familia. Viven una terrible vulneración de los derechos humanos. Lo mínimo es atenderla sanitaria y socialmente lo mejor posible", señala una trabajadora social del SAS

El Diario, Javier Ramajo, 14-09-2018

Si las historias de vida de cualquier migrante que se lanza al mar para alcanzar la costa europea en busca de un futuro son dramáticas, la situación de las mujeres que se han quedado embarzadas en la dura travesía es de extrema vulnerabilidad a su llegada a tierra. Para mejorar su atención sanitaria y socialmente, la Junta de Andalucía y varias ONG están ultimando un protocolo específico de acompañamiento y seguimiento desde que son rescatadas de las pateras en las que se embarcan en su proyecto migratorio.

“Llegan muy tocadas, con un periplo de dos o tres años durante el que han sido violadas, vejadas. Sus testimonios ponen los pelos de punta. Ya no es solo el embarazo sino todo lo que traen detrás. La mayoría de ellas no saben cuándo se han quedado embarazadas, no le han hecho ningún seguimiento, etc. El goteo es continuo y cada vez llegan más mujeres embarazadas o con bebés recién nacidos. La situación de riesgo en la que vienen es muy grave”, explica Patricia García, trabajadora social de los servicios centrales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) desde donde se coordina la cartera de servicios de atención primaria al inmigrante en el ámbito sanitario.

Las consejerías de Igualdad y Políticas Sociales, y de Justicia e Interior, el SAS y las entidades Andalucía Acoge, Cepaim, Cruz Roja y Accem, junto a técnicos de los servicios comunitarios de algunos ayuntamientos, llevan tiempo trabajando en la forma de abordar la atención a estas mujeres de manera más ordenada y coordinada.

El objetivo es organizar más eficazmente la asistencia a estas mujeres, teniendo en cuenta que muchas veces están insertas en un circuito de trata de personas y resulta difícil, además, conocer el estado de salud en el que llegan a Europa y el de otros menores que, en ocasiones, les acompañan. En Algeciras, Motril, Almería, etc. ya se contaba con un procedimiento particular en el ámbito sanitario y social para darle la mejor atención posible a estas mujeres pero en cada lugar se hacía de una manera, recuerda García.

Comisiones provinciales de coordinación
Para ello se van a crear comisiones provinciales de cooordinación desde donde, tras una primera valoración por parte de las ONG que trabajan sobre el terreno, se coordine conjuntamente su ingreso hospitalario se así se precisa y se le incluya en el proceso de embarazo, parto y puerperio de la Junta de Andalucía, con un seguimiento más exhaustivo a su situación. De esa forma también se le asigna un equipo de profesionales con un enfermero que se ajuste a sus características de idioma, por ejemplo. “Hasta ahora se hace así pero solamente por parte de Salud, pero los condicionantes sociales son muy graves y deben intervenir otros servicios y sectores que atiendan, por ejemplo, a su solicitud de protección internacional”, aclara la trabajadora social del SAS.

Las comisiones abordarán cuestiones puntuales, como las de las embarazadas, que “cada vez son más”. “Hasta hace poco la inmigración era solo de hombres, pero ahora hay una feminización de la inmigración tremenda”. La idea es extender esta fórmula a otros ámbitos ya que, por ejemplo, “el tema de los menores también es preocupante y llegan cada vez más”.

“Mujeres embarazadas llegan prácticamente todos los días y hasta hace unos años no estábamos acostumbrados. Su traslado al hospital es una situación puntual pero en realidad los servicios de atención primaria, tanto sanitarios como sociales, son fundamentales, porque necesitan un seguimiento muy exhaustivo”, añade.

La mayoría son subsaharianas, aunque algunas de origen marroquí también llegan embarazadas, si bien las condiciones en las que llegan a la costa no es igual. “A ellas les cuesta muchísimo confiar en la persona que le atiende porque son víctimas de trata muchas de ellas y están amenazadas con matar a su familia. Viven una terrible vulneración de los derechos humanos. Lo mínimo es atenderla sanitaria y socialmente lo mejor posible”, señala García.

El protocolo está cerrado entre todas las partes implicadas, a la espera de que se firme oficialmente por parte de la Consejería de Igualdad y del SAS, principales actores en la cuestión, algo que se formalizará “en breve”. En todo caso se está trabajando en esta nueva línea de actuación, incluyendo ya casos concretos que se han tratar en esas comisiones provinciales para una atención más específica.

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