El eterno fascismo

Umberto Eco, más relevante que nunca con sus claves para distinguir las múltiples caras del fascismo

ABC, Pedro Rodríguez, 17-08-2018

Siempre he admirado a Umberto Eco como intelectual, académico y hombre de letras. A mi juicio, este genial cosmopolita fue hasta su muerte en 2016 un lujo a la hora de explicar algunas de las cuestiones más importantes para sociedades cada vez más confusas. Por eso me fascina la resurrección editorial, justo en estos momentos, de su ensayo sobre «El Fascismo Eterno».

En ese texto, publicado en 1995, Eco realiza un alarde de síntesis al enumerar 14 claves de ese fascismo «que puede ser ejercido de muchas formas» y que él conoció demasiado bien de niño. De acuerdo al gran profesor italiano, esta lista no constituye un sistema, algunos de sus puntos son contradictorios y otros son compartidas por toda clase de despotismos y fanatismos. Pero tan solo uno resulta suficiente para que el fascismo intente coagularse:

1.- El culto a la tradición.

2.- Rechazo a la modernidad: la Ilustración es el comienzo de la depravación moderna.

3.- El culto por la acción y el cuestionamiento de la cultura (incluida la Prensa) por su actitud reflexiva y de objeción.

4.- Repudio a la crítica analítica: las distinciones y desacuerdos constituyen traición.

5.- Miedo a la diferencia: racismo por definición, obsesión con la pureza y los intrusos.

6.- Apelar a una clase media frustrada por la economía, la humillación o la competencia.

7.- Todo es una conspiración paranoica contra la identidad nacional.

8.- Los enemigos son a la vez demasiado fuertes y demasiado débiles.

9.- El pacifismo es entregarse al enemigo porque la vida es un permanente conflicto.

10.- Elitismo popular: cada ciudadano forma parte del mejor pueblo en el mundo.

11.- El culto a la heroicidad: ¡Viva la muerte!

12.- Machismo: desdeño por las mujeres, intolerancia hacia otras sexualidades.

13.- Populismo selectivo y descrédito de la democracia. El pueblo es concebido como una cualidad, una entidad monolítica con voluntad común que sólo el líder puede interpretar.

14.- Deliberada pobreza en el vocabulario y la sintaxis para limitar el razonamiento crítico y complejo.

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