La casi completa incorporación al mundo del trabajo de las nuevas generaciones de mujeres jóvenes ha disparado la demanda de empleadas de hogar en Álava. En la actualidad, son ya 5.000 las familias de la provincia que disponen de una asistenta para realizar las tareas domésticas o parte de ellas, ocuparse de los niños o cuidar de las personas de edad muy avanzada.

La cifra se obtiene a partir del número de altas en el régimen especial de la Seguridad Social, un fichero en el que figuran en estos momentos un total de 1.679 empleadas. Según un reciente informe del Instituto Vasco de la Mujer – Emakunde – la cifra de aseguradas supone tan sólo el 33% del colectivo real, que asciende, por lo tanto, a 5.000.

De estas 1.679 asistentas, el 86% – 1.443 – figuran como empleadas continuas, es decir, trabajan más de cuatro horas en una misma casa, con lo que el pago de la cuota de la Seguridad Social corre por cuenta de quien las emplea. Las 236 restantes se costean ellas mismas el seguro si suman al menos 72 horas en diferentes domicilios.

Pero, además de la incorporación laboral de la mujer, otros dos fenómenos explican también que haya más personas en el empleo doméstico. Por un lado, la constante llegada de inmigrantes que precisan trabajar cuanto antes para hacer frente a su nueva vida. Además, el paulatino envejecimiento de la población obliga a numerosas familias alavesas a depender de ayuda externa para atender a sus ancianos cuando el servicio de ayuda domiciliaria, pese a ser muy amplio, resulta insuficiente.

«Las parejas jóvenes necesitan que les cuiden los niños y las más mayores, a sus padres», señala Estíbaliz Colino, responsable de Telecanguro, la primera firma de selección de personal para servicio doméstico que se creó en Vitoria. Detrás han llegado otras empresas, como Dedica, con gran implantación en la provincia de Vizcaya, y ArabaHogar.

Colino detalla que la cada vez mayor demanda ha implicado una «subida importante» de salarios en los dos últimos años. No obstante, el sueldo medio para una jornada de 7 u 8 horas al día está en 600 euros al mes, más la Seguridad Social y dos medias pagas al año, es decir unos 60 euros por encima del salario mínimo interprofesional. Quienes trabajan de interinas perciben «entre 8 y 12 euros por hora, en función del acuerdo al que lleguen con quien les contrata. Las españolas – subraya Estíbaliz Colino – son más exigentes».

Colombianas, en cabeza

Y es que, aunque las calles y parques de Vitoria parecen llenas de mujeres de rasgos latinos que empujan cochecitos de bebé o sillas de ruedas con ancianos, según los datos de la Seguridad Social, 680 alavesas están dadas de alta.

Colino detalla que el perfil de la empleada doméstica autóctona es doble. «O bien son chicas jóvenes cansadas de trabajar en la hostelería o el comercio, o mujeres de cierta edad que ya han criado a sus hijos y quieren ganarse un dinero».

Del colectivo de casi 1.000 extranjeras de 38 nacionalidades que están aseguradas en el régimen de empleadas domésticas, las mujeres colombianas encabezan el listado con un total de 292 trabajadoras. La explicación a este hecho es sencilla: su país de origen es el que más inmigrantes aporta a Álava y, de forma especial, a Vitoria.

En segundo lugar, pero a bastante distancia, figuran las ecuatorianas, un total de 185. Por detrás se sitúan las rumanas, con 63. El cuarto puesto de este listado es para 61 paraguayas. De Bolivia figuran 46 asistentas y de Marruecos, 41. China, con 40; Brasil, con 39 y la República Dominicana, con 35, copan los siguientes lugares.