Más de un millón de trabajadoras sufrieron acoso sexual el año pasado

Más del 90% serían casos leves, expresiones vejatorias, chistes verdes e insinuaciones, según una encuesta del Instituto de la Mujer En más del 56% de los casos las empresas miran hacia otro lado

La Verdad, 27-04-2006

1,3 millones de trabajadoras sufre vejaciones sexuales, de palabra o de obra, en su puesto laboral. Es una primera aproximación al tema del acoso sexual en el trabajo, pero el Instituto de la Mujer promete nuevos estudios para aquilatar la dimensión de este fenómeno. De momento, el documento presentado ayer sitúa en el 14,9 por ciento del total las mujeres empleadas que padecen este fenómeno, aunque sólo unas 835.000 – un 10 por ciento – son conscientes de esas actitudes hostiles y machistas. Las empresas miran para otro lado en más de la mitad de los casos.

La investigación fue presentada ayer por la secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, y la directora del Instituto de la Mujer, Rosa Peris. Incluye el resultado de reuniones de grupo con expertos, profesionales, responsables de empresas y trabajadores, hombres y mujeres, y una encuesta a 2.007 mujeres activas durante el último años, de edades comprendidas entre los 16 y los 64 años.

Sus resultados muestran que el acoso sexual laboral presenta varios rostros: «La violencia contra las mujeres, un entorno laboral sexista y un marco con abuso de poder, tanto jerárquico como de género». El sustrato machista que persiste en el conjunto de la sociedad española y la situación deficitaria de la mujer en el ámbito laboral, con menor sueldo por el mismo trabajo y dificultades para ascender a puestos directivos, forman el caldo de cultivo idóneo para el acoso sexual en el trabajo, aseguran los expertos.

Éstos identifican como «acoso leve» la existencia de un ambiente laboral «cargado», las expresiones verbales públicas vejatorias para la mujer en general, como chistes, piropos o comentarios con fuerte contenido sexual, gestos o insinuaciones. Es «grave» cuando esas actitudes se personalizan en una trabajadora concreta – pedir abiertamente relaciones sexuales, presionar a la mujer tras una ruptura sentimental, preguntas sobre su vida sexual… – , y pasa a «muy grave» si hay contactos físicos no deseados, tocamientos, abrazos, besos, presiones para intimar bajo amenazas de despido o con promesas de mejora, y asalto sexual directo. Casi todas las encuestadas (el 92,4%) consideran el acoso sexual una forma de violencia contra la mujer.

Acoso técnico o declarado

Medir la incidencia real del acoso sexual en el ámbito laboral es difícil porque no hay fórmulas matemáticas y porque entra en juego la propia sensibilidad de la mujer ante determinadas situaciones. Cuando son conductas leves, y más del 90% de los casos lo son, hay mujeres que pueden sentirse vejadas y otras no – caso de un comentario obsceno – , aunque constituya acoso a juicio de los expertos. De ahí que éstos diferencien entre acoso «técnico» y acoso «declarado». El primero siempre arroja cifras mayores. Así, según el estudio del Instituto de la Mujer, en el 2005 el 14,9% de las trabajadoras españolas, 1.310.000, vivió alguna situación de acoso sexual en el trabajo (acoso «técnico»), aunque sólo 835.000, el 9,9%, lo percibió como tal (acoso «declarado»).

Las víctimas suelen ser jóvenes, universitarias, chicas solteras de 16 a 34 años y, sobre todo, aquéllas más vulnerables, como las trabajadoras inmigrantes extracomunitarias o las mujeres recién separadas.

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