La xenofobia como estrategia política

La Vanguardia, , 10-08-2018

En un artículo publicado en The Daily Telegraph, Johnson ha escrito que “las mujeres que llevan burka parecen buzones de correos o ladronas de bancos”. Unos comentarios totalmente improcedentes e impresentables que han sido calificados de ofensivos por la premier May y duramente criticados por la comunidad musulmana británica, por la oposición e incluso por dirigentes conservadores. Coherente con su manera de ser, el exministro ha dicho que no piensa disculparse y ha calificado de “ridículos” los ataques recibidos. Johnson será investigado por posible violación del código de conducta del Partido Conservador. Más allá de las consideraciones xenófobas y racistas que merecen las palabras de Johnson, en la estrategia del político tory obedecen a una intención muy clara. El exministro está en campaña para hacerse con el control del partido, echar a Theresa May de Downing Street e instalarse él en el número 10. Las reacciones conservadoras a sus palabras evidencian la división en el partido. Johnson necesita protagonismo para consolidarse como alternativa a May, cuyo liderazgo cuestiona un importante sector de diputados. Además, según las encuestas Johnson es el político más popular entre las bases más derechistas del partido, especialmente alérgicas a un Brexit blando cuando Gran Bretaña salga de la Unión Europea el 29 de marzo del 2019.

Johnson se dirige a esas bases que le son necesarias para su campaña de desbancar a la primera ministra si las negociaciones con Bruselas no acaban bien. La prueba de que las palabras de Johnson son mera estrategia política personal es que en su columna, pese a lo escrito, no es partidario en absoluto de prohibir el burka. Son comentarios gratuitos dirigidos a un público muy determinado pero que demuestran que al populismo antiinmigración no le duelen prendas en usar la xenofobia para lograr sus objetivos. Palabras como las de Johnson pueden generar intolerancia, desprecio y delitos de odio hacia determinados colectivos. En Gran Bretaña las cifras muestran un aumento de los ataques islamofóbicos y el Partido Conservador ha sido acusado de blando al abordar los prejuicios antimusulmanes en sus propias filas.

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