"Me sentí privilegiado al retirar las tropas de Irak"

El presidente del Gobierno reflexiona sobre los principales acontecimientos de sus dos años de mandato

El País, 23-04-2006

LUIS R. AIZPEOLEA
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Madrid

EL PAÍS
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España – 23 – 04 – 2006

En el ecuador de su legislatura, José Luis Rodríguez Zapatero dice, como cuando fue elegido presidente del Gobierno, que la paz es su prioridad política. Pero también quedan atrás dos años de reformas y ampliación de derechos, con reacciones muy duras desde el primer partido de la oposición y sectores sociales, como la jerarquía eclesiástica. Zapatero ofrece su punto de vista, en este texto, sobre algunos de los puntos cruciales de la legislatura.

- La paz. La legislatura empezó con un compromiso pacifista de Zapatero, la retirada de las tropas de Irak, y entra en su ecuador con otro logro pacifista, la declaración de alto el fuego permanente de ETA.

Zapatero lo ve así: “La paz es uno de los pilares fundamentales de nuestra política; yo diría que el más importante. Comenzamos nuestra legislatura retirando las tropas de Irak porque creíamos y creemos que nuestro país tiene que resolver los conflictos pacíficamente. Dos años después, asistimos al alto el fuego de ETA y trabajaremos intensamente para que sea para siempre porque estamos seguros de que ha llegado esa hora. Sabemos que no es fácil remar todos juntos, pero trabajaremos con todas nuestras fuerzas para que así sea”.

- Retirada de las tropas de Irak

. Fue la primera decisión que adoptó el presidente Rodríguez Zapatero, al día siguiente de su toma de posesión, en abril de 2004, aunque la estuvo preparando desde que el 14 de marzo ganó las elecciones. Esta decisión, reclamada por una mayoría de los españoles, ha acarreado consecuencias en la política exterior española.

Ésta es, ahora, la visión del presidente sobre este asunto: “Sabíamos que la decisión no gustaría a la Administración de Bush, pero el Gobierno y el pueblo español son soberanos. Al tomar aquella primera decisión como presidente me sentí privilegiado por ordenar cumplir con un casi unánime deseo de la sociedad española, que era salir de una guerra ilegal, inmoral e injusta. Era ya una decisión justificada porque obedecía a un compromiso. Se lo había pedido a Aznar en la oposición, lo había prometido en campaña y anunciado en el debate de investidura. El tiempo ha demostrado que, además, era una medida acertada y que España tiene mejor relación con EE UU, aunque yo no tenga la sintonía personal con Bush que tenía Aznar, porque los dos países se tratan ahora de manera más equilibrada, con más respeto”.

- Violencia de género. Fue la primera ley que aprobó el Gobierno de Zapatero al poco de su toma de posesión. Los presidentes consideran simbólica su primera ley. Pero la violencia de género sigue haciendo estragos.

“La violencia contra las mujeres me parece repugnante y creo que hay que ser implacable”, asegura el presidente. “Pero los efectos de la ley los iremos viendo más a medio plazo, porque la ley no es una simple reforma del Código penal”.

- Regularización de inmigrantes. No estaba en el programa del PSOE, pero Zapatero la abordó el primer año de su mandato como necesidad socioeconómica.

El presidente dice: “Con la regularización, más de medio millón de personas pasaron a ser trabajadores con derechos y deberes. Además, la regularización tuvo otro efecto muy beneficioso, porque sacó de la sombra a muchos ciudadanos que quieren trabajar y vivir en nuestro país respetando la ley. No sólo inmigrantes, sino también empresarios”.

- Ley de matrimonios homosexuales. Presentada en junio del año pasado, suscitó una fuerte contestación por parte de la jerarquía eclesiástica española, que llegó a participar en una manifestación callejera de rechazo al Gobierno.

Éste es el análisis del presidente: “Siempre intuí, basado en una enorme confianza en los españoles, que aprobarían el matrimonio homosexual. España es una de las sociedades más tolerantes del mundo y estoy muy orgulloso de ello. No debíamos claudicar en el uso de la palabra matrimonio. Con las palabras los seres humanos construimos significados y moldeamos la realidad. Era esencial que todos los ciudadanos tuvieran igualdad completa de derechos en el matrimonio, empezando por la propia palabra”.

- Estatuto de Cataluña. Hay casi unanimidad entre los analistas en que la gestión del Estatuto catalán es el punto negro de estos dos años. Su aprobación en el Parlamento de Cataluña, en septiembre, abrió un debate de seis meses que desgastó al Gobierno y a la oposición le supuso la igualada en los sondeos. La declaración del alto el fuego permanente de ETA, en marzo, ha vuelto a situar al PSOE entre 7 y 10 puntos por encima del PP.

Zapatero reflexiona sobre el Estatuto: “El Estatut es un impulso a la descentralización y a la modernización. Lo verán los ciudadanos catalanes y los del resto de España. La descentralización refuerza la cohesión, si se hace con armonía. Lo ha demostrado el Estado de las Autonomías que tiene ya 25 años. Ahora estamos poniendo las bases de otros 25 años de armonía, con respeto a la Constitución y a la solidaridad entre todos”.

- LOE. El debate sobre la reforma educativa empezó en otoño y la ley se aprobó hace quince días, con el PP en contra. Acarreó dos manifestaciones de asociaciones de padres, con el apoyo de la jerarquía eclesiástica.

“Era previsible que la reforma educativa sería controvertida, y que no encontraríamos el consenso total”, afirma Rodríguez Zapatero. “Es muy difícil encontrarlo cuando unos quieren educación religiosa obligatoria para los alumnos y otros no la queremos. Cuando unos querrían que hubiera un sistema educativo completamente uniforme en todo el país y otros creemos que nuestra educación debe también respetar la identidad, tradición y cultura de cada autonomía. Es difícil lograr un acuerdo total en materia de educación. Creo que nos resultará más fácil en la reforma universitaria”.

- Iglesia. Desde la recuperación de la democracia, ningún Gobierno ha tenido los problemas de éste con la jerarquía eclesiástica.

“Siempre he tenido la sensación de ser respetuoso con la Iglesia”, dice. “Tenemos un programa que cumplir, y en algunos puntos, como el matrimonio homosexual, la investigación con células madre, la educación laica, hay discrepancias. Al Gobierno le guía el programa, no el Catecismo, con todo el respeto que me merece, en la medida en que es respetado por millones de católicos”.

- Pateras y valla de Ceuta y Melilla.

En otoño e invierno se produjeron avalanchas inéditas de inmigrantes subsaharianos sobre las vallas de Ceuta y Melilla. En febrero hubo otro alud de pateras en dirección a las costas Canarias que costó la vida a centenares de personas.

El presidente señala: “Tenemos que afrontar que nuestras fronteras son también las de la Unión Europea. Las pateras no llegan sólo a España, también a Europa. Estamos haciendo un esfuerzo histórico por afrontar el asunto con visión europea”.

- Economía. La política económica del Gobierno es continuista y mantiene altas cotas de crecimiento y de empleo, aunque con una inflación muy alta.

Zapatero responde: “Cuando estábamos en la oposición criticábamos a quienes querían hacernos creer que se había producido el ‘milagro Aznar’ de la economía española. Ahora que estamos en el Gobierno y España no sólo va bien, sino que va mejor, atribuimos el éxito a los trabajadores y a los empresarios”.

- Europa. El proceso de construcción europea ha sufrido una paralización, tras el rechazo de la Constitución europea por Francia y Dinamarca el pasado año.

Así lo ve Zapatero: “La Constitución Europea está dormida, pero no muerta. Siempre pensé que seguía viva. Y creo que si alguien tiene legitimidad, fuerza para impulsar el avance político de la Unión Europea, es España. Lo demostramos muy bien el 20 de febrero de 2005. La Unión Europea se ha ido construyendo en tiempo de paz, con mucho pragmatismo. Ahora tenemos el desafío de llevar más idealismo a Europa, que será el mayor espacio de prosperidad, paz, tolerancia y derechos sociales del mundo”.

- Política de izquierdas. Los retos que ha afrontado el Ejecutivo y las reacciones que ha encontrado han llevado a algunos analistas a concluir

que es el Gobierno más a la izquierda de la democracia.

Zapatero lo ve así: "La derecha confía en los individuos como consumidores, en el mercado como panacea y en el Estado como obstáculo. La izquierda confía en los individuos como ciudadanos, en la sociedad abierta y tolerante como panacea del desarrollo individual, y en el Estado como garante. Por eso me considero de izquierdas. Creo que el Estado no debe tan solo “dejar hacer”, sino actuar con decisión para promover nuevos derechos sociales, y ciudadanos más libres, preparados y más protegidos".

- La vida en el poder. “Cuando ganamos las elecciones, dije que el poder no me cambiaría y, humildemente, creo que así ha sido y será. En la medida en la que mis obligaciones me lo permiten, intento llevar una vida parecida a la de antes de presidir el Gobierno. Mi familia, mis amigos, mis lecturas y mis aficiones son las mismas. Del mismo modo que creo que hay que mantener los compromisos y los principios, creo que lo más saludable es no cambiar de vida ni dejar que el poder te transforme”.

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