Merkel y Macron exploran acuerdos migratorios sin el consenso de la UE

La Vanguardia, Redacción | Agencias, , 24-06-2018

La crisis migratoria en el mar Mediterráneo ha dividido a la Unión Europea. El grupo comunitario afronta la semana que viene un decisivo Consejo Europeo para fijar los pilares de una política común que hoy dista mucho de alcanzarse. Tanto es así que el presidente de la Comisión Europea, Jean – Claude Juncker –a instancias de la cancillera Angela Merkel– ha reunido este domingo a 16 de los 28 países de la unión para tratar de acercar posturas.

Tal es la discrepancia que Berlín y París ya han deslizado la posibilidades de alcanzar acuerdos migratorios parciales, que no contemplen a los 28 países. En este sentido, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha defendido a su llegada a Bruselas que debe encontrarse una solución basada en los “valores” europeos y la “cooperación”, ya sea entre los 28 estados comunitarios o entre aquellos que “decidan avanzar juntos”.

A su juicio, y como trasladó este sábado de la mano del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, desde el Elíseo, para ser eficaz esta solución debe combinar la cooperación con países terceros de origen y tránsito de los inmigrantes, el refuerzo de la protección de las fronteras exteriores –incluidos los centros de desembarco en territorio europeo– y un mejor reparto entre Estados de la carga migratoria.

En el mismo sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, ha expresado su confianza en lograr “rápidos acuerdos” con “algunos” de sus socios europeos en materia de política migratoria, pero no al nivel de los veintiocho miembros. ”Se trata de lograr soluciones equilibradas y justas”, afirmó la canciller, antes de entrar en la cumbre informal.

De hecho, esta reunión se produce en medio de las fuertes presiones internas sobre la canciller procedentes de sus socios de coalición de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), cuyo líder y ministro teutón de Interior, Horst Seehofer, exige un giro restrictivo en política de asilo.

Hemos encontrado más puntos de unión que de discrepancias”

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, considera en su estreno en una cumbre europea que la propuesta franco – alemana para crear centros de desembarco cerrados de inmigrantes en suelo europeo es “un punto de partida” con vistas a un acuerdo común y ha apelado ante este asunto a los valores europeos, entre ellos la solidaridad entre los Estados miembros.

“La actitud del Gobierno de España, a partir de ahora, va a ser constructiva”, ha insistido Sánchez ante los medios, en Bruselas. “Vamos a aportar soluciones, compartiremos experiencias y apelamos a la solidaridad y los valores europeos”, ha resumido el jefe del Ejecutivo español.

Al término de la cumbre, que ha valorado como “paso adelante”, Sánchez se ha mostrado esperanzado en alcanzar el mentado acuerdo común la próxima semana en el Consejo Europeo. “Hemos encontrado más puntos de unión que de discrepancias”, ha resaltado el jefe del Ejecutivo español, quien ha precisado que de la cumbre de este domingo no sale una conclusión, pero ha reiterado su confianza en que sea posible una solución.

El primer ministro belga, Charles Michel, por su parte, ha abogado por un control más “estricto” de las fronteras exteriores del bloque comunitario y por la reforma del sistema de Dublín que rige las demandas de asilo en la UE y por el cual los solicitantes tienen que pedir protección en el primer socio europeo al que llegan.

El jefe del Gobierno croata, Andrej Plenkovic, ha afirmado que en la reunión se aborda de manera informal cómo se puede “ser más coherentes” en términos de la dimensión externa de la migración, en la asociación con los países de origen y de tránsito y en el refuerzo de las fronteras exteriores de la UE. Por su parte, el primer ministro danés, Lars Lokke Rassmussen, ha recordado que Dinamarca ha registrado las cifras más bajas de demandas de asilo en diez años, “gracias por ejemplo al acuerdo con Turquía” para que ese país acoja a refugiados. Ha recalcado que la UE está haciendo progresos y se mostró satisfecho con “discutir la dimensión exterior” de la cuestión migratoria, en concreto “ideas sobre cómo resolver el problema mediante cooperación por ejemplo con países en África y de origen” de los movimientos migratorios.

El canciller federal de Austria, Sebastian Kurz –que asumirá la presidencia del Consejo Europeo el próximo semestre– ha instado a fortalecer el control de las fronteras exteriores de la UE ampliando el mandato de la agencia Frontex y ha considerado que esta medida puede contar con un amplio apoyo de los países miembros. “Creo firmemente que es posible una solución europea a la crisis migratoria”, ha confiado Kurz, que sin embargo ha recordado que los acuerdos se deben tomar la semana que viene en el consejo.

Con todo, la inmensa mayoría de las miradas están puestas sobre Italia, que de la mano de su nuevo ministro de Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, se ha negado a recibir migrantes que viajaban a la deriva los últimos días. Ante ello, el Ejecutivo transalpino, de la mano de su presidente, Giuseppe Conte, ha presentado un nuevo plan para abordar el problema migratorio, que pasa por la creación de centros en los estados de tránsito en los que se decida de antemano quién tiene derecho al asilo en Europa.

“Es una propuesta completamente nueva”, ha recalcado Conte, quien ha indicado que el plan busca “superar completamente el reglamento de Dublín” para afrontar el problema no desde una “lógica de emergencia”, sino de forma “estructural”. Este reglamento determina que las personas que llegan a la UE deben solicitar asilo en el país de entrada, lo que, a juicio de Italia, supone una carga desproporcionada para ella, puesto que está en la primera línea de llegada a través del Mediterráneo.

El plan de Roma tiene diez puntos y aboga por crear “centros de protección internacional en los países de tránsito” de los inmigrantes en los que se seleccione quién tiene derecho al asilo en la UE antes de que partan, lo que debería reducir las salidas hacia Europa, indicaron fuentes italianas.

Al mismo tiempo, aquellos para quienes se garantizara el derecho de asilo serían redistribuidos automáticamente entre los Estados de la UE, de modo que no todos llegarían a las costas italianas o españolas.

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