Después de haber concluido la primera fase de llegada de las 630 personas inmigrantes de la flotilla del Aquarius, según el plan de emergencia elaborado por la Generalitat Valenciana, arranca la segunda fase del proceso, que es la acogida y es competencia de las ciudades. Este viernes València ha aprobado ofrecer 50 plazas al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

“Tal y como ha hecho desde el minuto cero, el Ayuntamiento de València no ha mirado hacia otro lado y hemos aprobado de manera urgente la puesta a disposición de 50 plazas”, ha declarado la concejala de Migración, Neus Fàbregas, tras la Junta de Gobierno Local.

Estas plazas se sumas a las que el consistorio ya tiene para atender a personas con perfiles que no entran en la Protección Internacional, como es el caso de las que están en situación administrativa irregular o “exmenores” no acompañados. En total, la concejalía dispone de casi 300 plazas de acogida.

“Vivimos una situación mundial muy complicada. Las políticas europeas y estatales hacen muy difícil la inclusión en nuestras ciudades a las personas huyen de guerras, de situaciones de pobreza o de desastres medioambientales y hacen peligrar sus vidas en el mar Mediterráneo, convirtiendo al Mare Nostrum en un mare mortum”, ha lamentado la edil.

Fàbregas ha destacado la responsabilidad de València “como Ciudad Refugio” y para ello ha anunciado que se adecuará un espacio de manera urgente y se lanzará una campaña de sensibilización contra posibles brotes xenófobos. “El Ayuntamiento no va a permitir que los derechos de las personas y los proyectos vitales de quienes quieran vivir en esta ciudad sean amedrentados por discursos xenófobos”, ha afirmado.

Además, ha manifestado su compromiso por elaborar una aplicación para poner en contacto a entidades y ciudadanía, de manera que puedan organizarse mejor en la defensa de los derechos humanos.

La concejala ha recordado que las competencias en migración y refugio son estatales y responden a un estatuto jurídico por Protección Internacional o por Ley de Extranjería. “Pero las ciudades somos las que acogemos a las personas para la construcción de sus proyectos vitales”, ha concluido Fàbregas.