Por ahora habrá que esperar a que finalicen los registros, peticiones de asilo, el destino y la solicitud de protección internacional de los 630 inmigrantes que viajaban a bordo del ‘Aquarius’, pero Gipuzkoa espera ya con los brazos abiertos a veinte de ellos, que podrían llegar «previsiblemente» en los próximos días al territorio.

De hecho, ya están activados todos los recursos para su recibimiento y atención, según expuso ayer el portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Imanol Lasa, quien explicó que la llegada de estas personas al territorio será de manera «escalonada».

Lasa recordó que la competencia en esta materia corresponde al Gobierno central y recalcó que las instituciones vascas trabajan de manera «totalmente coordinada». En el territorio guipuzcoano «están todos los protocolos activados para desarrollar con eficiencia todas las labores de recibimiento y atención» a estas personas, concluyó.

En este contexto en el que los frentes de atención y asistencia para las ONG lejos de cesar se incrementan, el Ejecutivo autonómico aprobó ayer unas ayudas por valor de 1,1 millones de euros dirigidas a dar respuesta a los distintos llamamientos de emergencia humanitaria hechos por instituciones internacionales para ayudar a las personas que buscan refugio en Europa, huyendo de las guerras y de la pobreza.

El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, señaló que estas ayudas responden al compromiso de atender con agilidad las situaciones que requieren implicación humanitaria de urgencia. Así, recordó la implicación de las instituciones vascas con los inmigrantes procedentes del ‘Aquarius’ por una cuestión de «dignidad humana y de respeto a los derechos humanos».

«Euskadi ha demostrado ser un país responsable, solidario y que respeta los derechos humanos»
JOSU ERKOREKA, PORTAVOZ GOBIERNO VASCO

«Hace falta un pacto mundial para un reparto equitativo que permita dar apoyo a los refugiados»
MANU LEZERTUA, ARARTEKO

«En Gipuzkoa están todos los protocolos activados para recibir y atender a las personas que lleguen»
IMANOL LASA, PORTAVOZ DIPUTACIÓN DE GIPUZKOA

«Euskadi ha demostrado ser un país responsable y solidario», defendió el portavoz, quien indicó además que los ciudadanos y las instituciones vascas «quieren estar a la altura y responder de manera rápida y efectiva a situaciones tan injustas y urgentes».

Euskadi está a la espera, según explicó, de que el Gobierno central «marque los tiempos» para que las 65 personas que se ha ofrecido a acoger el País Vasco puedan llegar «lo antes posible». Erkoreka reiteró una petición de «cambio» y una «reacción» a la Unión Europea que modifique «cualitativa y cuantitativamente» la respuesta que se está dando a la crisis de los refugiados que, a su juicio, requiere de una «colaboración multilateral activa».

En cuanto al programa de ayudas aprobado ayer, todas ellas suman 1,1 millones de euros y están destinadas a hacer frente a las crisis de refugiados en Serbia, Balcanes, Líbano y en el Mediterráneo.

Más concretamente, la ayuda vasca en Serbia llegará a través de Unicef y contribuirá a que 3.000 niños reciban apoyo psicosocial, a que 1.500 puedan ser identificados y derivados a servicios de atención especializados, y a que 1.000 bebés y menores de 5 años accedan a salas de maternidad.

En el caso de Líbano, se realizarán a través de Acnur y se proveerá a 109 familias refugiadas sirias de asistencia para satisfacer sus necesidades básicas según estándares los internacionales. Por último, una partida contribuirá a apoyar el trabajo que desempeña Salvamento Marítimo Humanitario en los rescates en las costas griegas.

Día Mundial del Refugiado
Hoy se celebra el Día Mundial de las Personas Refugiadas y no puede llegar en momento más idóneo. El Ararteko aprobó ayer una declaración institucional con motivo de esta efeméride y reclamó un pacto mundial para lograr un reparto más equitativo «de la carga y la responsabilidad de acoger y dar apoyo» a estas personas.

El defensor del pueblo vasco aplaudió las últimas decisiones políticas de acoger e integrar a las personas refugiadas y destacó la «imperiosa necesidad» de cumplir los compromisos internacionales. Además, insistió en que «no podemos quedar impasibles ante los dramas humanos que diariamente asolan a Europa».