La cooperación política y técnica que hay entre España y las autoridades de Senegal y Mauritania permite que las islas Canarias cuenten con un sistema de blindaje de llegada de páteras y cayucos con alto nivel de eficiencia. Se impide en origen la salida. Desde 2015 no llega a Canarias un cayuco o patera procedente de Mauritania. Y con Senegal pasa igual: ocho años de férreo control a cambio de cooperación al desarrollo.

Las autoridades mauritanas, con respaldo europeo que lidera España, tienen un estricto control sobre su tráfico marítimo sobre mafias procedentes de zonas como Sri Lanka o Senegal. Dakar colabora con la recepción de los repatriados y control, también con el respaldo de España, de su espacio marítimo.

El esfuerzo de las autoridades de nuestro país en esos escenarios tan complejos dan resultados por capacidad de sacrificio de los funcionarios en esos destino. Hay presencia del Ejército así como de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Aunque este fin de semana se ha detectado un cayuco con 152 ocupantes rumbo a las islas, el grado de eficiencia de la cooperación se podría considerar de alto frente a lo que ocurría hace diez años, cuando Canarias era asolada por cientos de embarcaciones ilegales procedentes de África.

La llegada del cayuco del fin de senana coincide con tres fenómenos: llegada a Valencia del buque Aquarius, final de Ramadán y cambio de hora en Marruecos. Los portales especializados en navegación apuntan a que el cayuco pudo ser intervenido en Cabo Bojador.

Las cuentas

A lo largo de los últimos meses, Mauritania y Senegal han demostrado la sensibilidad y cooperación con España en aspectos como el migratorios y de seguridad. Un hecho que se amplía también a Marruecos.

Por fechas, el pasado seis de junio, Mauritania expulsó a 53 senegaleses que fueron intervenidos en un cayuco cuando iban a Canarias prodedentes de la ciudad senegalesa de Thiès el lunes 28 de mayo frente a Nouadhibou. Son repatriaciones prácticamente inmediatas y tras pasar por los juzgados mauritanos.

El seis de mayo, una patrulla de la Gendarmería mauritana, con el respaldo técnico de España, interceptó a 465 kilómetros al norte de Nouakchott un barco donde iban 50 inmigrantes ilegales de Senegal, según ha podido saber ABC. Mauritania y España mantienen acuerdos sobre inmigración desde 2006, que se traduce en inversión en cooperación, defensa de intereses agrarios y pesqueros y programas de formación además de ser un socio estratégico de España de primer nivel en África.

En marzo de este 2018, un grupo de 16 personas que trataba de llegar ilegalmente a Canarias fue interceptado por una patrulla mauritana. Eran tres mauritanos y 13 senegaleses. Las costas atlánticas de Nouakchott y Nouadhibou son un punto de partida popular para miles de personas de países del África subsahariana que desean llegar a Europa a través de España.

En diciembre de 2017, Mauritania desarticuló una banda internacional que se dedicaba a la inmigración ilegal desde Mauritania a Canarias. Más de 30 sujetos de Sri Lanka fueron detenidos con pasaportes falsificados. El coste por cada usuario que hubiese venido a Canarias, solamente en sobornos, era de 8.000 euros.

En noviembre de 2017, Mauritania rescató de las redes ilegales de inmigración a 47 inmigrantes senegaleses que iban a las islas en un buque que estuvo a punto de hudirse. Fueron conducidos a Nouadhibou para ser enviados a Dakar.

Cerco

Sin embargo, el pasado fin de semana se ha logrado romper el cerco que hay para salir de la costa a Canarias. La embarcación habría sido intervenida por «Guardamar Talía» de Salvamento Marítimo a la altura del Cabo Bojador.

Los inmigrantes serán identificados y conducidos a Arguineguín, al sur de Gran Canaria. El avión «Sasemar 103» y los helicópteros «Helimer 211», «Helimer 210» se mantienen en situación de alerta en la zona por si se produce la llegada de nuevas embarcaciones. En octubre de 2017 hubo otro caso aislado procedente de la costa occcidental africana con un casi un centenar de inmigrantes irregulares.