Los tres barcos en los que se ha repartido a estas personas para su viaje a Valencia, llegarán de forma escalonada, previsiblemente a las 6:00, las 9:00 y las 12:00 horas, al Muelle Uno del Puerto de Valencia, y allí se les prestará una primera atención sanitaria.

Según ha informado el subdirector general de Emergencias de la Generalitat, Jorge Suárez, los migrantes bajarán en grupos de 20 personas para someterse a una primera valoración médica, aunque ha señalado que no se espera que haya “ninguna tipología sanitaria de especial gravedad”.

Lo primero será determinar qué personas deben ser derivadas al sistema sanitario público, a las que se otorgará en ese momento una tarjeta sanitaria, mientras que el resto del pasaje la irá obteniendo a medida que entre en contacto con el sistema sanitario.

“La prioridad va a ser la atención sanitaria, independientemente de cualquier otra consideración”, ha asegurado Suárez, quien ha añadido que “si hubiera que hacer una derivación con carácter inmediato, todos los otros procesos ligados a las fuerzas y cuerpos de seguridad quedarían supeditados”.

En caso de no precisar atención médica, ha explicado, las personas pasarán a una zona de espera en la que se procurará, con voluntarios de Cruz Roja, un primer apoyo psicológico.

“En todo momento habrá un equipo de traductores, de inglés, francés y árabe, y un equipo para atender otras necesidades culturales o religiosas”, y ha señalado que el objetivo es que ninguna de las personas que llega se encuentre sola durante este proceso.

Suárez ha destacado que la voluntad es que los migrantes pasen en el puerto de Valencia “el menor tiempo posible”, y puedan ser trasladados de forma inmediata a los lugares de acogida previstos, que están preparados pero de los que no se informará para garantizar su intimidad.

La Generalitat ha activado el Plan Territorial de Emergencias, que estará operativo durante todo el tiempo que dure esta operación, denominada Esperanza del Mediterráneo, ya que permite trabajar a diferentes agencias con un único mando, y “activar en cualquier momento recursos de cualquier tipo”.

Este dispositivo está formado por unos 1.000 voluntarios de la Cruz Roja, 400 traductores de acompañamiento y 70 traductores jurados, 356 policías nacionales, 150 miembros de personal de la Conselleria de Sanidad, además de 15 de sanidad exterior, 120 policías de la Generalitat, y aproximadamente un centenar de guardias civiles.

Como parte de la atención al pasaje, también estarán presentes efectivos de las consejerías de Políticas Inclusivas y de Transparencia, y personal de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias junto a la Autoridad Portuaria y la Marina de Valencia, que actuarán en coordinación y como apoyo logístico.

El Ayuntamiento de Valencia también ha aportado recursos para todo el control de acceso de la zona de la Marina y colaborará con cinco autobuses urbanos para las labores de lanzadera, mientras que el Centro de Gestión y Seguridad Viaria fletará 13 autobuses y un microbús.

Además, hay cerca de 600 periodistas acreditados de 138 medios de comunicación, tanto españoles como extranjeros.

Jorge Suárez ha destacado que aunque no se puede prever lo imprevisible, la Comunitat Valenciana tiene unos mecanismos de respuesta a las emergencias “bien engrasados” para dar respuesta a esta situación.

Se calcula que entre los 630 pasajeros del Aquarius y de los otros dos barcos, viajan un centenar menores: siete menores de cinco años; cuatro de entre 5 y 13 años; 28 de entre 13 y 15 años, y 61 de entre 15 y 17 años.

Además, hay también un total de 80 mujeres, de las que se calcula que entre 7 y 9 están embarazadas, y 450 hombres.