El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Enzo Moavero Milanesi, pidió hoy a las autoridades francesas que “emprendan rápidamente las iniciativas idóneas para remediar la situación que ha surgido” tras las declaraciones del Gobierno galo respecto a la gestión de Italia sobre el barco Aquarius.

Moavero llamó hoy al embajador Francia en Italia, Christian Masset, a la sede del Ministerio de Exteriores en Roma, pero dada su ausencia se reunió con la diplomática Claire Anne Raulin.

En las conversaciones, el ministro italiano mostró su malestar por las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, que acusó ayer a Italia de “cinismo” tras negar el desembarco de la embarcación Aquarius con 630 inmigrantes en sus costas.

“El ministro declaró que el Gobierno italiano espera que las autoridades francesas, después de hacer las evaluaciones apropiadas, emprendan rápidamente las iniciativas idóneas para remediar la situación que ha surgido”, informó el Ministerio italiano en un comunicado.

La nota explicó que “el Gobierno italiano considera inaceptables las palabras usadas en las declaraciones públicas realizadas ayer en París, incluso a nivel gubernamental, sobre la situación del barco Aquarius”.

Por ello, Moavero subrayó a Raulin que “dichas declaraciones comprometen las relaciones entre Italia y Francia” y sostuvo que “los tonos utilizados son injustificables”, dado que Italia ha “denunciado públicamente la insostenibilidad de la situación actual” en numerosas ocasiones.

El titular de Exteriores italiano recordó que el país ha pedido a la Unión Europea que emprendiera “una acción coordinada y coherente” para gestionar “los flujos migratorios” en el pasado, prosigue la nota.

Finalmente, Moavero argumentó que comprende que “incluso un Estado amigo y aliado pueda estar en desacuerdo con las posiciones de otro Estado”, pero advirtió de que estas desavenencias “deben expresarse en modo y formas coherentes con esta relación de amistad”.

“Especialmente teniendo en cuenta que en los últimos tiempos Italia no ha dejado de pedir a Francia ayuda para proporcionar la necesaria asistencia a los migrantes”, concluye la nota.

Esa polémica se produce después de que Italia rechazase el atraque del barco Aquarius de la ONG francesa SOS Méditerranée con 630 inmigrantes rescatados en el Mediterráneo Central y que, tras un pulso entre Italia y Malta, serán finalmente desembarcados en España.