El día después

La piedad como brújula de gobierno; un complejo debate

ABC, Luis Ventoso, 13-06-2018

No tuvo suerte Aristóteles, el fundador de la lógica, yéndose a criar malvas en el 322 antes de Cristo. De haber vivido en el año 18 del siglo XXI habría asistido a la espectacular revolución del pensamiento lógico que impulsa el presidente Sánchez Pérez-Castejón, quien sin casi despeinarse ha logrado darle la vuelta al calcetín del razonamiento humano. Vean y disfruten: (Sábado) La flamante ministra Meritxell Batet proclama que una reforma de la Constitución de corte federalista es “urgente, necesaria y viable”. (Lunes) La ministra Batet proclama que la reforma de la Constitución es “inviable”. Mayo: Sánchez Pérez-Castejón ordena vetar al completo los presupuestos de Rajoy y Montoro por antisociales. Junio: la ministra de Hacienda de Sánchez lo da todo en el Senado para sacar adelante los presupuestos vilmente antisociales de Rajoy y Montoro. Mayo: Sánchez tacha a Torra de “supremacista y xenófobo”. Junio: Sánchez abre el diálogo con el supremacista xenófobo. ¿Qué está ocurriendo? Pues que no existe una política de Estado meditada, sino regates pintureros para ir sobreviviendo.

En la madrugada del viernes se produjo un dramático rescate en aguas libias a cargo de la guardia costera italiana. Lograron salvar a 629 personas, alojadas en el buque Aquarius, un pesquero reconvertido en 2015 en nave auxiliadora de inmigrantes por SOS Mediterranée, oenegé francesa, alemana e italiana. El ministro del Interior de Italia, un energúmeno de la Liga Norte, se ha negado a que el barco atraque en puerto trasalpino. Un exabrupto inhumano, cierto. Pero también es verdad que en los últimos cuatro años han llegado a Italia 600.000 inmigrantes del Mediterráneo, una presión enorme para el país, ante la que el paquidermo europeo se lava las manos.

Sánchez ha tenido un hermoso gesto humanitario y quiere traer al Aquarius. Mi primer reflejo fue de orgullo por vivir en un país de buen corazón. Pero luego me asaltó una pregunta que no sé responder: ¿Debe ser la piedad la única brújula de los gobernantes? Una vez más, Sánchez cultiva el gesto, pero se fuma la política de Estado, la mirada larga. Su decisión tiene un peaje: ha encendido un enorme luminoso que anuncia que España es el destino perfecto del éxodo. No ha previsto que las 629 personas del buque, entre ellos 123 niños y cuatro embarazadas, se merecen un plan de vida, atención social y una buena integración en su nuevo país. No basta un tuit para la galería. Necesitarán que los cuidemos durante años. Para labrarse una buena imagen ha soslayado que la presión de las pateras sobre la costa española está ya disparada (3.345 llegadas en el primer trimestre, con el horror de 120 muertos; 542 personas y cuatro muertos solo entre jueves y domingo). Un problema complejísimo, muy doloroso, donde no cabe improvisar a golpe de corazonada y con un ojo en la precampaña electoral. El gesto de hoy tendrá un reverso tétrico mañana para millares de inocentes, que subirán confiados a las pateras de las mafias atraídos por el “Welcome” español de Sánchez. España sufre un severísimo problema demográfico, necesita inmigrantes y debe ayudarles, pero con un proyecto meditado, que los respete e integre.

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