Córdoba acoge una exposición que pretende romper con los tópicos sobre el colectivo gitano

La muestra está enfocada hacia alumnos de los últimos cursos de Primaria y Secundaria

El País, 18-04-2006

El Palacio de la Merced de Córdoba acoge esta semana la exposición Culturas para compartir. Gitanos hoy. Se trata de una muestra que pretende romper con muchos de los tópicos sobre los gitanos. La exposición, aunque está abierta a todo tipo de público, está enfocada a alumnos de los últimos cursos de Primaria y primeros de Secundaria con los que la Fundación Secretariado Gitano está trabajando. En España hay unos 475.000 gitanos, se estima que la mitad vive en Andalucía y que alrededor del 65% es “invisible”, es decir, está plenamente integrado.

El flamenquín, uno de los símbolos gastronómicos de Córdoba, procede de la cultura culinaria gitana. Las gachas, también. Estas son algunas de las curiosidades que se pueden aprender en la exposición Culturas para compartir. Gitanos hoy, una muestra que se inauguró ayer por la tarde en el Palacio de la Merced de Córdoba, sede de la Diputación provincial.

La exposición, que permanecerá hasta el próximo viernes abierta al público, está organizada por la Fundación Secretariado Gitano y cuenta con la financiación de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta andaluza. Forma parte de un programa educativo que esta organización está desarrollando con un centenar de alumnos de tres centros escolares de Córdoba.

Francisco Jiménez, coordinador de la Fundación Secretariado Gitano en Córdoba, quiere que la exposición sirva para “romper con estereotipos”. Explica que, cuando se termine, se intentará saber qué es lo que han aprendido los alumnos (del último curso de Primaria y primeros de Secundaria) sobre el pueblo gitano.

Entre los tópicos que se quieren romper con la muestra, compuesta por paneles y objetos cotidianos de la cultura gitana, Jiménez destaca el de la identidad. “Se suele decir que los gitanos no son españoles”. Contra el tópico, datos. Cuenta Jiménez, y los paneles de la exposición, que la primera referencia histórica al pueblo gitano en los archivos peninsulares data de 1425. El rey Alfonso V de Aragón emitió un salvoconducto en el que se hablaba de un grupo de peregrinos gitanos procedentes de Francia. “Esta es la primera referencia en los archivos históricos, pero es muy probable que ya hubiera comunidades instaladas en España antes”, afirma Jiménez.

La exposición parte de la historia del pueblo gitano, de su procedencia y su evolución hasta hoy. En este repaso también se explica algo de la “persecución” a la que fue sometido este colectivo. “En nuestro país los gitanos estuvieron perseguidos hasta 1978, cuando se aprobó la Constitución en la que se imponía la no diferenciación por cuestiones de raza”, sostiene el coordinador de la fundación en Córdoba. Durante la dictadura franquista, por ejemplo, se llegó a prohibir el caló, la lengua gitana, por considerarse “jerga delincuente”, literalmente.

Otro de los tópicos que se pretender desterrar es el de asimilar el gitano al chabolismo. “Se estima que el 65% de los gitanos en nuestro país son invisibles, es decir, están integrados en la sociedad”. Por ello, según Jiménez, es muy complicado tener una verdadera radiografía de este colectivo en nuestro país, que está integrado por unas 475.000 personas, de las que la mitad viven en Andalucía.

La Fundación Secretariado Gitano, que está totalmente implantada en Andalucía desde el año 2000 (sólo está pendiente la sede de Huelva por inaugurarse), intentó analizar la situación laboral del colectivo y presentó un informe a finales de marzo. Según Jiménez, también sirvió para romper tópicos: “Se dice que no quieren trabajar, pero los datos indican que la tasa de actividad en la población gitana es 18 puntos superior a la media del resto de la sociedad”. Esto se produce porque las personas de este colectivo comienzan antes a trabajar y se jubilan más tarde que la media.

El informe se elaboró a partir de entrevistas a 1.500 personas de este colectivo mayores de 16 años y los datos se compararon con los de la Encuesta de Población Activa. Una de las principales conclusiones que se extrae es que el 69% de las personas gitanas empieza a trabajar antes de los 25 años, frente al 24% de la media nacional, que se retrasa más debido a que están ocupados en su formación.

Otro de los tópicos que se pretenden romper con la muestra que se inauguró ayer en Córdoba es el relativo a la educación. “Prácticamente el 100% de la población infantil gitana está escolarizada”, afirma Jiménez, quien reconoce sin embargo que la asignatura pendiente ahora es lograr que amplíen sus estudios. “El problema surge cuando dan el paso de Primaria a Secundaria, cuando muchos abandonan”.

Objetos cotidianos

Unas tijeras, un fuelle, una plancha… La exposición también hace un repaso de objetos que han estado vinculados al colectivo gitano y a los empleos que tradicionalmente han desarrollado. Trabajos con mimbre y hierro, chatarrería, venta ambulante… Los objetos han sido prestados por algunas familias o han sido adquiridos en anticuarios. “Son objetos con mucho significado y sentimiento para los gitanos. Por ejemplo, los pucheros para hacer café. Tomar el café en la cultura gitana es un verdadero acto social”, afirma Francisco Jiménez, coordinador de la Fundación Secretariado Gitano, organizadora de la muestra.

En la exposición también se hace referencia al flamenco. La aceptación y reconocimiento del arte flamenco, procedente de la cultura gitana, es un “arma de doble filo” para Jiménez. Según explica, puede suponer algo positivo porque se reconoce la aportación cultural de este colectivo. Pero también puede hacer que se caiga en el estereotipo: “La cultura gitana es mucho más que el flamenco y no sólo es el flamenco”, afirma.

Esta organización tiene presencia en todas las provincias de Andalucía, aunque todavía está pendiente de su inauguración la sede de Huelva. Según Jiménez, unas 150 personas trabajan en toda la región.

Comenzó centrando su ámbito de actuación en el empleo, con un programa de integración. En Córdoba, por ejemplo, unas 900 personas han pasado por estos talleres y, según Jiménez, unas 600 han logrado un puesto de trabajo.